Avances de investigación

Enunciación, 2001-00-00 nro:6 pág:80-84

Identidad profesional y formación inicial de profesores : Una posibilidad de profesionalización docente*

*Este documento forma parte del proyecto Fondecyt N. 2010086

Pilar Miolina Valenzuela

Profesora de Castellano, Licenciada en ciencias de la educación, candidata a doctora en ciencias de la educación, Pontificia Universidad Católica de Chile.


INTRODUCCIÓN

¿Cuál es la identidad profesional que las instituciones de formación superior están formando en la actualidad? ¿cuál es la relación que existe entre esta identidad profesional y el creciente desarrollo profesional al que se le ha dado tanta importancia durante este último tiempo?

Las preguntas no dejan de ser perturbadoras, especialmente en Chile y también en América Latina, en donde está surgiendo con fuerza el desarrollo de una 'cultura profesional docente', que sentaría sus bases desde el inicio de la formación y que tendría su génesis en la crisis por la que atraviesa la profesión, ya que como indica Avalos (1999, pág. 195), "el estatus de los maestros y la calidad de su formación inicial sufrieron un deterioro significativo durante la década de los ochenta... esto afectó la entrada de personas idóneas a la profesión docente, por mucho que desearan hacerlo y tuvieran vocación para el magisterio."

La construcción de una identidad profesional, durante la formación inicial, sería un primer paso para contribuir a la generación de una cultura profesional', que permita a los futuros profesionales de la educación sentirse partícipes el día de mañana de un cuerpo colegiado que posee ciertas características, competencias pedagógicas, perfiles que les son propios y que les permiten sentirse expertos e identificados con su profesión.

Pero, ¿cómo se construye una identidad profesional? ¿qué debe considerar la institución formadora, a la hora de generar dispositivos curriculares que realmente potencien la construcción de una identidad que sea consistente con esta cultura profesional docente?

1.APROXIMACIÓN AUN MODELO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IDENTIDAD PROFESIONAL

El concepto Identidad profesional del estudiante recobra en buena parte el desarrollo del sí personal y del profesional. Esta identidad resulta de una formación en la profesión que incluye, tomando las palabras de Ferry (1984, p. L3) "todas las adquisiciones que permiten y se recuperan y la obra en ejercicio del oficio de enseñar". Pero esta identidad se apoya sobre la dimensión personal que "designa los cambios que se operan en el orden de las representaciones y de funcionamiento psíquico, tanto sobre el plano intelectual como sobre el afectivo".

La identidad personal necesita para su desarrollo de un proceso racional dado por medio de la enseñanza, de la educación y de la cultura, Constituye parte del marco identificatorio social, especialmente cuando el sujeto ha podido integrar diferentes ideas sobre quién y qué ser, lo que se quiere hacer y a la manera de quién (aparece fuerte aquí el sentido de responsabilidad, asociada a la identidad personal).

El sujeto va configurando el ideal del yo con adultos significativos que desarrollan un determinado tipo de quehacer y que se encuentra siempre personificado, registrado en relación a una determinada persona, con determinadas cualidades (Grinberg, L. 1994), En el proceso de construcción de la identidad resalta el aspecto relacional ya que ésta se construye durante toda la vida, lo que nos podría pérmitir aventurar la idea de reconstrucción, tanto en el aspecto personal (individua) como social, lo que afecta directamente en la constitución de la Identidad personal y socio Profesional.

Es posible inferir que la identidad profesional se construye sobre una compleja red de identificaciones primarias y de los hechos que el sujeto tiene en sus relaciones tempranas (experiencias de vida), por cuanto entonces, tiene estrecha relación con su identidad personal, unido a aquellos que lo han rodeado (sujetos significativos) y, por último, pero no por ello menos importante, los modelos profesionales que el sujeto internaliza durante su formación estudiantil y luego profesional.

CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD PROFESIONAL

Así, tenemos que la identidad profesional es construida so cial (redes de relaciones), histórica (experiencias de vida) e institucionalmente (grupo al cual va a pertenecer). Los sujetos asu men una manera de ser profesional en función de transacciones entre las demandas institucionales y sociales, condicionadas por el momento histórico en que vive y su propia historia. Es un proceso que es individual y social al mismo tiempo y en donde , cada individuo negocia entre la identidad que el medio le de manda asumir (en este caso dado por la entidad formadora) y la que él aspira a poseer como propia.

Lo anterior puede comprenderse mejor si consideramos los aportes de Lorenzini, F. y Dafflon, A. (1998) en relación con la idea de que la identidad profesional y personal están dentro de un plano mayor, como lo es la identidad social, cuya adquisición positiva se hace en unión con las diferencias percibidas con los otros grupos, considerando tres criterios: la permeabilidad, la estabilidad y la legitimidad. El juego de estos tres criterios, determina la experiencia identitaria.

Ahora bien, ¿cómo construye su identidad profesional un profesor/a? Para Esteve (1996), la construcción social de la identidad profesional es un proceso que comienza al principio de su formación básica de carácter académico. Este proceso incluye prestar atención a los siguientes componentes:

- Formas de seleccionar a los profesores/as, las que deben incluir exámenes de la personalidad (incluyendo factores motivacionales y de madurez emocional)

-Adecuación de los contenidos de formación inicial a la realidad técnica y sociocontextual de la práctica escolar (de la institución y su contexto).

Sarramona (1997) agrega que, además de lo anterior, se han de examinar no sólo los conocimientos pedagógicos, sino las competencias profesionales aprendidas de forma integrada, y que son definidas por Anderson citado en Altet (1996, pág. 33), como "conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para asegurar el rol del estudiante... estas competencias son del orden cognitivo, afectivo y práctico." Estas se construyen al mismo tiempo que se recibe la formación académica de tipo cultural (idea vertida también por Gimeno, 1997). Este autor agrega que estas competencias son de dos tipos:

Genéricas: que ajuicio del autor se podrían "considerar como la [dimensión] más profesional, puesto que se refieren a las tareas estrictamente docentes y educativas que corresponden al profesorado...". Son funciones para las que no se ha recibido preparación desde la formación cultural previa y hacen referencia a: procesos de diagnóstico de necesidades de los alumnos/as, planificación, evaluación y vinculación con el contexto educativo.

Específicas: las que están más ligadas a las exigencias que plantean las nuevas reformas educativas, como la de ser un profesional reflexivo, investigador de su propia práctica, autónomo, crítico y creativo (entre otras).

En Chile, Cox y Gysling (1990) realizaron una investigación con relación a la formación del profesorado de enseñanza primaria, en el cual entre otros focos de estudio expresaron que en el constructo de "identidad profesional" convergen no sólo los tipos de contenidos de la formación de profesores, que tienen que ver con dominios de saber, sino que son "indisolubles de preguntas hechas por las instituciones y las relaciones sociales que se organizan y hacen posible su transmisión -es decir el dominio del poder" (pág. 17). Para estos investigadores, lo que se transmite en la formación inicial, tiene que ver con lo que los sistemas de poder llaman 'lo legítimo', o lo necesario de conocer. Aquí es en donde se encuentra lo sustantivo de la identidad profesional, la que es comprendida "en estrecha conexión con un cuerpo de saberes distintivos ... y ligada a una identidad social".

IDENTIDAD Y PROFESIONALIZACIÓN DOCENTE.

Gohier, et all (2000) han definido la identidad profesional del estudiante (futuro profesor) como la imagen que él elabora de su trabajo, de sus responsabilidades, las que son aprendidas en la institución formadora. Esta identidad profesional se inserta, en el caso. de los estudiantes, en un proceso de profesionalización que, como equipo han explicitado, procede de la interacción entre el sujeto (alumnos/as en formación), y la sociedad.

La profesionalización docente requiere de profesionales que tengan una identidad profesional clara y explícita, por sujetos autónomos y reflexivos que estén en constante renovación y evolución, especialmente frente a las demandas de la sociedad y a las necesidades de los alumnos, entre otras. Así, la identidad profesional del estudiante debe hacer referencia tanto a una dimensión social, que une a un grupo profesional con toda la sociedad, como a una dimensión psíquico individual que lo une y lo particulariza como individuo y que le permite desarrollar competencias como la reflexividad y la autonomía.

Para estos investigadores, la identidad profesional participa de una identidad global de la persona, en la cual se unen los componentes psico individuales y también sociales. Así, la identidad profesional no es sólo un proceso de identificación puro y simple con criterios preestablecidos de una manera definitiva; sino que además, incluye una relación interactiva que une al estudiante con elementos definitorios, como la interpretación, la elección e interiorización que él hace y la influencia que él tiene sobre su desarrollo (identización).

Frente a lo aquí expuesto aventuramos plantear que la identidad profesional está constituida por ciertos contenidos (propios de una prpfesionalidad docente) como son: los saberes o contenidos culturales que se vehiculizan, las destrezas o estrategias nece-sarias para movilizar estos contenidos (transmitiéndolos o ayudando a construirlos), actitudes necesarias para ejercer la profesión docente y tener claro el "sentido" de la misión educativa que va a desarrollar.

IDENTIFICACIÓN E IDENTIZACIÓN: DIMENSIONES CONSTITUYENTES DE LA IDENTIDAD PROFESIONAL,

Como es posible observar hasta ahora, la identidad profesional no sólo pertenece a la dimensión social, ella hace referencia también a un proceso de identificación con características y normas propias de la profesión, y además, a un proceso de identización a través del cual la persona busca su singularidad, aquello que ella estima lo distingue de los demás; pero siempre en un proceso interactivo construido en un perpetuo movimiento de ida y vuelta con los otros. (Gohier, 2000)

Pierre Tap, (Citado en Gohier, 2000) ha propuesto la noción de 'estructuración de sujetos y de instituciones', en donde da cuenta de ciertos mecanismos que estarían configurando la identidad, el primero de ellos es el proceso de identificación el que consiste en la interiorización de algunos modelos sociales enfatizando que no se trata sólo de una absorción unilateral y mecánica del individuo por el medio. El otro mecanismo de su teoría lo entiende como la socialización del individuo por el grupo, proceso que denomina como identización, el cual permite que el sujeto se diferencie e individualice tendiendo a obrar con sus proyectos sobre su entorno social.

Considerando como base la teoría anterior, un grupo de investigadores de la Universidad de Québec, ha venido desarrollando desde hace algún tiempo un modelo de Identidad Profesional a construir durante la formación inicial de los futuros profesores y en el marco de la profesionalización de la enseñanza, tema largamente debatido no sólo al interior de la educación, no así el tema de la identidad profesional del futuro profesor y más aún, el impacto que ésta tendría en el proceso de profesionalización (Gohier, et all 2000)

En este modelo se examinan los conceptos de identización, de identificación, de congruencia y contigüidad, en el marco de una concepción de identidad profesional unida a una identidad global del futuro estudiante.

La concepción de identidad responde a una definición de la persona en tanto ser social, cuyo desarrollo se da a través de la relación con otros. Unido a ésta se encuentra el relato de contigüidad, el cual permite a la persona construir un sentimiento de congruencia, una adecuación a sí mismo entre lo que hace y lo que piensa (ser auténtico). Este sentimiento de congruencia está en constante renovación, porque la identidad de un individuo no se refiere a un momento preciso de su existencia, pues ésta se constituye indefinidamente ya que la persona está en constante transformación.

La identidad profesional del futuro estudiante: un modelo posible de implementar en las Instituciones de Formación.

La visión de estos investigadores sobre la identidad profesional (que une identización e identificación) para conformar una identidad global permite superar la visión tradicional sociológica que concibe la identidad profesional como un proceso conducente a la identificación y pertenencia de un individuo a sus pares y a su profesión. Aquí, la docencia es vista como una profesión ya que ella responde a ciertos criterios de profesionalismo como los expresados por Carbonneau (1993) entre los que sobresalen: la naturaleza del acto educativo: enseñar, la formación universitaria (de larga duración); también hay otros criterios, como la autonomía, la responsabilidad y la pertenencia a una orden profesional acreditada (y en el caso de muchos de los países de americanos como Chile, Colombia y otros, en vías de acreditación), normas y valores propios de la profesión, unida a un fuerte componente ético.

Si la identificación (relación con los otros) a la profesión es un proceso importante en la constitución de una identidad profesional clara y explícita, también es necesario preservar la identidad personal (identización), en particular sus valores y sus creencias en el contexto de una socialización de su identidad profesional.

APORTE DE LA FORMACIÓN INICIAL PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IDENTIDAD PROFESIONAL

Congruencia y contigüidad, identización e identificación de ben ser parte integral de un curriculum de formación de educadores' a fin de contribuir al desarrollo de una identidad profesional de los futuros profesores y profesoras de nuestro país, que les permita enfrentar con éxito los cambios que se están produciendo en el sistema escolar, como la Reformas Educativas en vía de implementación y que requiere de profesionales comprometidos y con los conocimientos (en todos los planos) necesarios para su éxito; la crisis que enfrentan las instituciones de enseñanza superior, en cuya formación inicial se produce un distanciamiento entre lo que se enseña (y cómo se enseña) y la realidad que deberá enfrentar el profesor recién egresado (vinculación teoría y práctica); y quizás, como lo expresan algunos investigadores (Esteve, 1996; Montes, 2000; Tedesco, 1996; Imbernón, 1998, entre otros), una Identidad Profesional clara y definida, permitiría reivindicar la imagen social y el estatus que los mismos profesores asumen como bajo (o desperfilado) en especial cuando se comparan con otros grupos de profesionales (Montes, 2000) y que afecta directamente el tema de la valoración de la profesión docente.

En síntesis, la gran interrogante que surge aquí y que también es fuente de preocupación de estos investigadores, es ver cómo relacionar estos elementos en un curriculum de formación de maestros para construirse una identidad profesional que permita superar los quiebres que hoy se visualizan en el campo educativo y potenciar efectivamente la construcción de una cultura profesional docente.

2. SOCIALIZACIÓN Y CONSTRUCCIÓN IDENTITARIA

Para Lipiansky (citado en Ruano, 1998) la identidad de un individuo es construida por su grupo de pertenencia, pero, ¿cómo el grupo forma su propia identidad? Mead (citado en Ruano, 1998) fue uno de los primeros sicólogos en decir que la conciencia de sí noi es pura producción indiviadual, resulta de la unión de las interacciones sociales en las que el individuo está implicado. El sentimiento de identidad no es dado a priori de la ciencia indivi dual, es el resultado de un proceso de socialización, aporte que las instituciones de ormación de profesores/as deberían considerar a la hora de generar los dispositivos curriculares para la formación de estos profesionales.

Tradicionalmente las teorías sociológicas abordan la identidad como un producto de socializaciones sucesivas, un proceso identitario de interiorización de normas y valores, de maneras de ser, de disposiciones de una cultura que forma a un individuo y lo hace socialmente identificable. Visto así, la identidad se ve reducida a una forma de integración social supeditándose la identización al servicio de la identificación, o sea a la interiorización de normas y modelos sociales.

Sin embargo, el análisis del proceso de socialización en el seno del mundo profesional muestra como la identidad de los individuos está en continuo reajuste y negociación. Esta construcción que se traduce en 'formas identitarias' distintas opera mediante una interacción permanente entre las representaciones de sí y la mirada de los otros (equilibrio entre identificación e identización)

En la sociedad moderna cada persona adulta tiene varias identidades. Ella pertenece a diferentes uniones locales, culturales, profesionales, políticas, etc. Esta identidad social ño es innata, ella resulta de la socialización de los individuos. Ella no es puramente personal, ella depende del juicio de los otros.

Cada uno en el curso de su vida debe aprender quién es por el sesgo de su mirada y además por las palabras de otros, la socialización es una actividad propia del sujeto, de su capacidad para adaptarse e inventar soluciones para vivir su propia vida. La identidad es primero atribuida por otros, pero ella es también producto de reivindicaciones de pertenencia y de calidad, por y para sí misma. Esta autodefinición de la identidad para sí, se puede traducir como las 'hipótesis que cada uno cuenta de sí sobre lo que es (Hétu, 1999)

En ningún caso podemos desconocer que la primera experiencia del futuro profesor (estudiante) ejerce gran influencia, tanto sobre su proceso de identificación, como también sobre la imagen que él construye de sí como profesional de la enseñanza.

Comentarios finales:

No cabe duda que en las instituciones formadoras se está forjando una identidad profesional, propia de esa institución, todo un mundo que incluye valores, significados y misión particular de lo que significa ser profesor o profesora. Sin embargo, cabe una pregunta que es histórica, ¿es una identidad que apunta a la profesionalización de la tarea de enseñar? Esta interrogante exige que las instituciones de enseñanza superior, cuestionen sus políticas formadoras de base para plantearse posibles soluciones que puedan superar, por ejemplo, la gran brecha entre teoría y práctica (unión de identización e identificación), entre actividades de aula y talleres en terreno, entre las condiciones pedagógicas que favorecen más el modelaje que la autonomía de los estudiantes.

El proceso de construcción de una identidad profesional, deberá permitir a los futuros profesores / as, el descubrir los muchos enfoques que hay sobre el profesor/a (tipos, estilos), las tareas y las exigencias que su profesión les demanda, los conocimientos y competencias que deben ser parte de su proyecto profesional; pero este saber debe construirse en 'acto', es preciso que hagan explícita su identidad profesional, que muchas veces traen desde mucho antes de ingresar a la institución formadora (representaciones y creencias), y que ésta no considera en sus planteamientos curriculares para hacerlas explícitas y desde allí partir, para reconsruir o modificar.

En síntesis, si se adelantara el proceso de inserción y la socialización del futuro profesional de la educación se realizara enforma temprana, es decir, durante al período de formación inicial estaríamos dando un gran paso generando las condiciones necesa rias para construir y reconstruir una identidad profesional en el contexto de una nueva cultura profesional; por lo tanto esta etapa debería ser parte de un proceso de formación inicial atractivo, to mando en cuenta las representaciones y creencias construidas por los futuros docentes antes de ingresar a estudiar en una institución de formación superior y partir de esas experiencias vividas que se emontan muy lejos en su vida y que se han ido construyendo en la relación con otros significativos.

BIBLIOGRAFÍA


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