Posiblemente 2011 sea recordado por las manifestaciones en defensa de la educación pública, que lograron convocar al país en oposición a la política privatizadora del gobierno. La educación que no produce lucro, pero construye sociedad a través del conocimiento, atraviesa uno de los peores momentos en el proceso de crisis al que se la somete desde hace ya tiempo. La enseñanza de las artes y la del teatro en particular está atrapada en esa agonía. La lucha para preservar la calidad de la formación teatral se libra hoy con mayor acritud y a los obstáculos y enemigos tradicionales se suman competidores que se comportan de manera no siempre leal. Los estudiantes han dado una batalla formidable; la institución se despereza e intenta, agobiada de resabios, algún lance. La más alta y noble obligación del estado democrático declina...