DOI:

https://doi.org/10.14483/udistrital.jour.c14.2014.3.a09

Publicado:

2014-09-23

Número:

Vol. 9 Núm. 13 (2014): Arte y política

Sección:

Sección Transversal

Situaciones emergentes

Emerging situations

Autores/as

  • Gustavo Sanabria Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Palabras clave:

Body, emergence, encounters, narrations, simulation, action (en).

Palabras clave:

Cuerpo, aparición, encuentros, narraciones, simulación, acción (es).

Referencias

Agamben, G. (2001). Medio sin fin. España: Pretextos.

Baum, Z. (2007). Miedo líquido. Barcelona: Paidos.

Benjamin, W. (1999). Ensayos escogidos. México: Ediciones Coyoacán.

Deleuze, G. y Felix, G. (1991). Qué es la filosofía. Barcelona: Anagrama Editorial.

Deleuze, G. y Guattari, F. (1980). Mil mesetas. España: Pretextos.

Ferguson, R. (2009). Francis Alÿs, política del ensayo. Bogotá: Banco de la República.

Haanning, J (2003). Hello my name is Jens Haanning. Copenhagen: Les Presses du Réel.

Kwon, M. (2004). The wrong place. Contemporany art: from studio to situation, 31-41.

Nancy, J. L. (2000). El intruso. Buenos Aires: Amorrirtu Editores.

Negri, T. (2000). Ocho cartas. Madrid: Trotta.

Ranciere, J. (2005). Sobre políticas estéticas. Barcelona: Contratextos.

Cómo citar

APA

Sanabria, G. (2014). Situaciones emergentes. Calle 14 revista de investigación en el campo del arte, 9(13), 138–149. https://doi.org/10.14483/udistrital.jour.c14.2014.3.a09

ACM

[1]
Sanabria, G. 2014. Situaciones emergentes. Calle 14 revista de investigación en el campo del arte. 9, 13 (sep. 2014), 138–149. DOI:https://doi.org/10.14483/udistrital.jour.c14.2014.3.a09.

ACS

(1)
Sanabria, G. Situaciones emergentes. calle 14 rev. investig. campo arte 2014, 9, 138-149.

ABNT

SANABRIA, Gustavo. Situaciones emergentes. Calle 14 revista de investigación en el campo del arte, [S. l.], v. 9, n. 13, p. 138–149, 2014. DOI: 10.14483/udistrital.jour.c14.2014.3.a09. Disponível em: https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/c14/article/view/7486. Acesso em: 13 nov. 2024.

Chicago

Sanabria, Gustavo. 2014. «Situaciones emergentes». Calle 14 revista de investigación en el campo del arte 9 (13):138-49. https://doi.org/10.14483/udistrital.jour.c14.2014.3.a09.

Harvard

Sanabria, G. (2014) «Situaciones emergentes», Calle 14 revista de investigación en el campo del arte, 9(13), pp. 138–149. doi: 10.14483/udistrital.jour.c14.2014.3.a09.

IEEE

[1]
G. Sanabria, «Situaciones emergentes», calle 14 rev. investig. campo arte, vol. 9, n.º 13, pp. 138–149, sep. 2014.

MLA

Sanabria, Gustavo. «Situaciones emergentes». Calle 14 revista de investigación en el campo del arte, vol. 9, n.º 13, septiembre de 2014, pp. 138-49, doi:10.14483/udistrital.jour.c14.2014.3.a09.

Turabian

Sanabria, Gustavo. «Situaciones emergentes». Calle 14 revista de investigación en el campo del arte 9, no. 13 (septiembre 23, 2014): 138–149. Accedido noviembre 13, 2024. https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/c14/article/view/7486.

Vancouver

1.
Sanabria G. Situaciones emergentes. calle 14 rev. investig. campo arte [Internet]. 23 de septiembre de 2014 [citado 13 de noviembre de 2024];9(13):138-49. Disponible en: https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/c14/article/view/7486

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SITUACIONES QUE EMERGEN

Gustavo Sanabria

T2 Resumen
El encuentro con lo otro delata una existencia ajena y propicia un fluir de momentos dignos de recordar. Emplazar un cuerpo expandido, comprimido, dilatado, enajenado como un objeto que irrumpe en el circular de lo cotidiano, es develar el mutismo, extraer su conducta para fundar una narración silábica, monótona y repetitiva, fragmentos de la vida se convierten en simulacros de lo ordinario, se expone el sentido de los signos, las tensiones y las imágenes que construye el habitar la calle. Hacer un recorrido por un sinnúmero de calles del centro de la ciudad, gritar con la voz de la emergencia, activar la alarma con palabras, y en ese ejercicio descubrir el miedo de los otros, muestra los procesos de perturbación mediante relatos fragmentados que forman parte de la puesta al límite de la resistencia en el contexto urbano. La vida ordinaria se convierte en diálogo.

Palabras clave: cuerpo, emergencia, encuentros, narraciones, simulacro, acción.

 

The encounter with the other betrays an alien existence and creates a flow of moments worth remembering. Deploy a body expanded, compressed, dilated, alienated as an object that breaks into the circle of everyday life, is unveiling the silence, removing his conduct to establish a narrative syllabic, monotonous and repetitive, fragments of life become what drills ordinary discussed the meaning of the signs, the tensions and the images that inhabit the street builds. Take a tour of a number of streets in the city center, shouting with the voice of an emergency, activate the alarm with words, and in that year discover the fear of others, shows the processes of disturbance by fragmented narratives that are part commissioning the limit of resistance in the urban context, ordinary life becomes dialogue.

 

T2Introducción
La “emergencia” aparece como un concepto que está cargado de códigos, signos y significados funcionales dentro de un campo social de comunicación. Pensar este concepto y problematizarlo a partir de una serie de acciones espontáneas en el espacio cotidiano de la calle, hace posible generar unas dinámicas de transformación que están más allá de la semántica. La experiencia del andar y recorrer múltiples espacios con la voz como cuerpo se ha convertido en una estrategia para irrumpir en la ambigua pasividad de la cotidianidad de esta ciudad. Un cuerpo parlante se ha enfrentado a otros cuerpos sonoros y móviles, estableciendo relaciones de diferentes tipos que hacen del encuentro un motivo para que lo emergente fluya.
Lo inesperado, el desconcierto, el temor y la alarma se han reconfigurado en códigos nuevos. Las palabras se han ido transformando en situaciones que movilizan y generan reacciones; y la experiencia, esa que nace de la acción desprevenida ahora la podemos entender como vida, como un encuentro que emerge y que busca un lugar en la memoria.
A veces grito y no me escucho, a veces corro y no me alcanzo, otras tantas, tartamudeo, otras parafraseo lo que veo. Persigo a la gente, los carros, las palabras, las luces, los sonidos, y entre tantas cosas huyo como de costumbre balbuceando, riendo, y fingiendo. Había una vez un cuerpo que irrumpía en el espacio cotidiano de la calle…

T2 Situación número uno

Hacerse el de los oídos sordos”; adueñarse de un recuerdo tal como este relampaguea en un instante de peligro.
Benjamin, 1999.
Salir por primera vez a la calle con un megáfono constituía toda una experiencia nueva en el tránsito que cotidianamente realizo. La disposición de mi cuerpo en el espacio comenzaba a cobrar un nuevo sentido a partir de una serie de acciones que llamaban la atención, y deslizaban la aparente normalidad del transitar colectivo por unos segundos. Así es como mi voz se activa, simula el sonido de la sirena de un vehículo de emergencia. Avanzo entre la gente, transito por las calles, recorro espacios como si estuviese impulsado solo por el deseo que provoca el sonido. Al abrirme paso entre otros transeúntes pude sentir la presencia, percibí su desconcierto frente a lo que escuchaban y luego veían. Sus oídos no estaban preparados. ¿Y cómo podían estarlo? Existen gritos sordos que se ocultan entre otros gritos. Recorrí un sinnúmero de calles del centro de la ciudad, grité con la voz de la emergencia, activé la alarma desde mis palabras, y en ese ejercicio descubrí el miedo de los otros. Hacerse audible entre tanto ruido es descubrir el mutismo mismo: es habitar la calle. Y, sin embargo, al final también sentí miradas despiadadas y escuché palabras violentas sobre mi espalda.
En el contexto de la ciudad percibo relatos, signos, imágenes y sonidos que producen cierta tensión fundada en la exigencia de lo urgente. La noción de emergencia, de peligro, o de advertencia es algo que está de manera constante en el espacio de la calle.
La emergencia es un estado que condiciona los cuerpos, los hace reaccionar ante sus códigos y ante ciertos indicios de peligro y alerta. El cuerpo se constituye en cada experiencia frente a lo real, solitario frente al caos de la ciudad.
Las alertas exponen al cuerpo y le arrebatan los sucesos cotidianos. El cuerpo recuerda los acontecimientos pasados y los ve repetirse fragmentados en los acontecimientos que surgen.
Aquello que emerge como cuerpo en el espacio reclama su propio aliento como presencia, inconforme con la carencia de ser escuchado, visto, sentido. La irrupción del instante advierte una eventualidad, expectante ante lo inesperado.
El instante aparece con su propia duración dentro de los sucesos. Todo va tan rápido, hay que estar atento, alerta frente a lo que hay que hacer. Cada evento es inesperado, sea real, actuado o simulado.
El espacio de lo cotidiano se reconfigura constantemente en una dinámica que acentúa sus propias cadencias, de ahí que exista siempre la posibilidad de alteración o perturbación.
Los eventos se instalan de manera fugaz en la realidad, advierten o inducen el instante de peligro, los dispositivos aparecen chocando con lo cotidiano.

En las múltiples maneras en que se devela una situación o suceso, se hacen visibles alteraciones que dan paso a la ambigüedad y la manipulación.
Parece más urgente producir narrativas dentro de lo verosímil, que estar atento ante la posibilidad de lo que no es necesariamente verdadero.
Los procesos de perturbación mediante relatos fragmentados hacen parte de la puesta a límite de la resistencia en el contexto urbano, es decir, que la vida ordinaria se convierte en narración.

T2 Situación número dos

Y aquí, en este horizonte vacío, en el que, cegados por nuestra miseria, nos movemos desesperadamente, buscar, buscar lo real hasta que caiga en nuestras manos -un encuentro, un acontecimiento.
Negri, 2000.
Por favor… colaboremos con la fila…………………………………………….………..
colaboremos con la fila, todos en orden por favor, en orden, tomen distancia, para que se..a…una…..fila…………………………………………………………………………. organizada…………………………………………………………………………………
tomemos distancia, organicémonos sin empujar,…………………………………
tómemos distancia………………………………………………………………………
por favor colaboren con la fila, ingresemos a la fila, hagamos la fila, ………………….
por favor………………………………………………………………………………….
Una vez más salí a la calle con el megáfono. La magnitud de las ondas de sonido en un espacio abierto y dispuesto para el encuentro con algo parecía indicar que las palabras son ostensivas por contenido, pero también por altura. Hay indicaciones verbales que se asumen como códigos sociales para conducir acciones. Los cuerpos hacen parte de esta empresa y su movilidad se ha aprendido dentro de un colectivo. Con mi voz moví personas que encontré en la calle, los hice retroceder, acomodarse, reordenarse. Esto propició encuentros, choques y roces para lentamente encontrar una nueva posición en el espacio. Todo transcurría en calma y con extrañeza. A pesar del desconcierto las personas se dejaban empujar, con permiso de cada una, intentaron formar una fila, tomaron distancia. Con la voz saliendo del megáfono se inquietaron, y sin embargo se sometieron a las palabras de un extraño que los movió de lugar. Descubrí que no son las órdenes, sino la respuesta a ellas las que conducen a los cuerpos.
En la calle vi como un cuerpo se alterada bajo el deseo de una cosa en otra, como un cuerpo se aturde de manera frágil por algunos cambios mínimos que se suscitan en el trascurso cotidiano de la calle.
Un cuerpo dispuesto, un cuerpo indispuesto, ante el hecho de sentirse asediado por aparatos que miran, observan o llaman en el andar por la ciudad.
Sentí cómo un cuerpo se resigna frente a las señales que aparecen, que se exclaman entre la ciudad.
En ocasiones era un cuerpo moviéndose a la deriva, un cuerpo tensionado en la confrontación con otros cuerpos en cada acto o situación que provocaba.
Un cuerpo que se confunde en los avatares cotidianos. Un cuerpo que resopla pensamientos. Un cuerpo atafagado de silencios. Un cuerpo que es prótesis del entorno más cercano.
Un cuerpo que experimenta sensaciones ante la mirada que asedia e interroga. Un cuerpo que incorpora y potencia eventos frente a la vida. Un cuerpo acoplado ante las necesidades infundadas.
Un cuerpo expandido, comprimido, dilatado, enajenado. Un cuerpo que irrumpe en el transcurso de las cosas, parafraseando todo aquello cuanto ve, mediante relatos discontinuos.
Vi como un cuerpo se asoma, se deja ver, induce una eventualidad y propicia experiencia mediante impulsos. Un cuerpo singular respecto de otras existencias, a situaciones cambiantes.
Cuerpo y territorio se pronuncian mediante una expansión relacional de existencia y permanencia. Hay fuerzas que hacen manifiestas formas visibles y no visibles, subrayando el instante como acontecimiento, simulacro, anomalía ante la realidad percibida.
Esta vida ordinaria, que sale a la luz con tímida presencia, está cargada de códigos, de significados. Un sujeto emerge advirtiendo su presencia ante las eventualidades que lo rodean.
La construcción de una narrativa probable, surge de los códigos que irrumpen, como la sirena de una ambulancia. De igual manera las palabras salen como imperativo de ayuda, nombrando y señalando.
Hay narraciones que han ido perdiendo su credibilidad, han ingresado al campo de las verdades posibles como consecuencia de su uso. Lo verosímil está dado en lo posible, no en la verdad.

t2 Situación número tres

El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son.
Bauman, 2007.

Dediqué varios días a observar y a oír los sonidos de las sirenas de las ambulancias. Con lápiz en la mano anoté el momento preciso en que aparecía o llegaba el sonido a mis oídos; registré el sonido, lo dibujé con letras mudas de comienzo a fin, cada tono fue escrito con sus propias cadencias. Por momentos solo sentía que no cesaban, que aparecían a cada instante sobresaltando todo aquello que está a su alrededor, a su paso, todo aquello que está lejano y lo que está inmediatamente más cercano. De repente, se les oye crear una sinfonía de la celeridad, arrebatando todo lo que queda de silencio. He observado a su vez, la manera como estas ambulancias aparte de hacer presencia con esa insistencia sonora en el espacio, mueven a otros vehículos a su antojo, detienen la marcha, hacen lento el desplazar. Condicionan el recorrido abriéndose paso a manera de empujones, todo esto se sitúa desde un estado latente de alarmar a quien se atraviese a su paso.
Primero incorporé sonidos que viajaban en el espacio de la calle, sonidos que se prolongaban al pasar. Quedaron instantes que relampaguearon y golpearon el oído, así se hubieran ido.
Sonidos que persuaden, sonidos que sugestionan, sonidos que impregnan, sonidos que inducen y dan cuenta de cada instante de tiempo. Segunderos del tímpano.
De repente, me doy cuenta de que las estridencias están ahí, agitando las ondas cercanas sin memoria, se pronuncian instigando su presencia, revoleteando la intermitencia de lo audible. Aparece sin permiso al oído con un acento leve, accede de manera fugaz, lejana, siempre en un acto moribundo.
6 de marzo de 2009
9:15     hummmm hummmm  hummmmum mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
9:23     tuuuututuuuu  tuuuuuuuuu uuuuuu tuuiuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
La espera trae consigo otros signos audibles. De manera permanente aparecen esos retumbos, se gestan desde la distancia para anclarse y horadar la mente, la memoria, el pensamiento, la angustia, el temor.
10:48   huaahwww     ummm huammmmammm mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
10:50   uiuiuiuiiiiiuiuiuuuiiuiuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
10:52   iiwwwwiiiiiiuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
De inmediato, pasa otro lapsus, vuelven las cadencias gráficas de todo aquello que se filtra por la cortinilla de las orejas. A través del oído discrimino y descompongo las palabras en breves fonemas de dichos silbidos.
11:12   uuuuiiwiwiwiwuuanaaaacacacacacaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
11:14   uuuaaaaawwww wuwiwuiwiiiii        uaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
11:27   uuuaaacccccccccccccccccccccccccccccccccccc ccccccccccccccccccccccccccc
11:28   uiuiuiuiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
11:30   wiwiwiwiwiiui           uiuiuiiiiiiuaaccccccccccccccccccccc cccccccccccccccccc
11:35   uuiuuuiiiiiiwuwuwuwuuiuiauiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
11:43   ruacaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaa
11:44   uiuiuwwiii uaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaa
11:56   uauaccc u aaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaa aaaaaaaaaaaaaa
11:57   ruaaaa ruaa ruaaaaaaa uuaaaa huaaaaa wiwiwiwiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
11:58   uiuiuiiui wuaaaaaa uaaaacaa aaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaa aaaaaaaa aaaaa
Aparece un cuerpo sonoro, un balbuceo entrecortado; aparece y desaparece. A través de escritos, reconozco la presencia de esos cuerpos esporádicos de acentos e insistencias.
8 de mayo de 2009
10:17   huaaa, hhuuuaaccc hhuaaaccccc ccccccccccccccc cccccccccc ccccccccc
10:18   ruaaaa huaaacccccuca uac hhhum mmmmmmm mmmmmmmmmmmmm
10:20   ruuaanmmmmmmmmmmmmm mmmmmmmmmmmmmmmmm mmmm
10:59   huuuhuhuaaamm huuhhuuu hhhhuuuuuuiiiiiiiiiiii huiuiuiuiihiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Viernes. La atención se sostuvo en los colores de los vehículos que se desplazaban por la ciudad. La presencia de destellos anuncia la prisa en el ir y venir.
19:30   azul amarillo rojo azul amarillo rojo azul azul amarillo rojo azul rojo azul
19:27   azul rojo azul rojo azul rojo azul rojo azul rojo azul rojo tojo azul rojo azul
19:42   azul rojo azul rojo azul rojo azul rojo azul rojo azul rojo rojo azul rojo rojo
19:45   azul rojo azul rojo azul rojo azul azul rojo azul rojo azul rojo azul rojo rojo
19:48   rojo azul rojo azul rojo rojo rojo rojo rojo rojo rojo rojo rojo rojo rojo rojo
19:51   solo pasa con su silencio, pregonando apariencia
19:57   pasa con sigilo, a la espera de lo que espera
20:02   rojo azul rojo azul rojo azul rojo azul rojo azul azul azul rojo rojo rojo rojo
20:05   se presenta lenta y muda, como ocultando su presencia
20:10   rojo rojo rojo rojo rojo azul rojo rojo rojo rojo rojo azul rojo rojo rojo rojo
20:15   rojo rojo rojo rojo azul azul azul azul rojo rojo rojo rojo rojo rojo rojo rojo
20:17   callada se asoma entre otros vehículos, acosando solo con su presencia.
A pesar de cerrar los ojos la masa incandescente que emanan los vehículos perfora los parpados obligándolos a sentir de manera latente, constante y envolvente.
14:32   wu wiwuuui wwwuu wwuuuui wwwui wwwuui wuuii wwuiii iwiw wii iiiiiiiiiii
14:43   uuaxwwuawwuaaawuaa wwuuuu wwuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
14:52   iuuwi iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiii
14:56   wwii uuwwwaaaaacaaa wwwwaauuuiiiii wwwwuuaaaa wuuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
15:00   ua uuuwiii wuuuuac wuuacccc uiuiui wwwuiiiiii uuuuuaaaccc wwuuuuiiiiiiiiiiiiii
15:13   wiwiwiu uaacccccuuuiiiiuuu uiuiuiuiu uuuuuuacccc uuuu uuuuiiiii uiiiii uiuiuiii
15:28   uuuaaaaaawiiwuuacccwuuiiiuiiiiiuiuiuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiii
15:34   acwwuuuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
16:03   iiiiiiiwiwiwiwiwiwiwiiiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiuuuuiiiiiiii
16.07   iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
16:52   iwiiwwiwwiwiwwiiwiwwiw wi iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiii
El recuerdo sonoro aparece como una tachadura, se devuelve como el relampaguear de un abrir y cerrar de ojos, se ancla en el piso de forma temblorosa, se sacude en el último instante de agonía, se asoma como el escaso vaho de un aliento.
A lo lejos se produce un quejido, un silbido, un silbato de largo aliento, un lamento que se sostiene y se despide. Aun se siente aquel sonido arrebatador amplificado en todo el cuerpo, con canto agobiante, con destemplanza, con moribunda resonancia.
De algún momento para acá se suscitan otras tantas situaciones, no sé qué tan reales, pero se enuncian, algo pasa de repente, arrolla lo inesperado, se genera, acontece.
Un breviario de letras, palabras y sonidos. El silbato ya no suena como de costumbre sobre el medio día, pero en cambio hay disonancias que perturban la noche. Se vislumbran a lo lejos ciertas recurrencias e intermitencias.

T4 Situación número cuatro

Si eres el típico espectador lo que estás realmente haciendo, es esperando que ocurra el accidente.
Alÿs, 2009.
En la calle también me he sentido empujado por otras personas, la hostilidad siempre está presente, la distancia entre los cuerpos se da por defensa propia, cada cuerpo tiene a su alrededor un espacio que lo protege. He salido al encuentro de algún otro, que se parezca a otro en la ciudad, ser y estar como un anónimo en medio de los cuerpos que se abalanzan alrededor de la calle, he salido para ser visible por momentos. He recolectado gemidos, alaridos y gritos, pero también he sido gritado por la gente. Develar cada presencia tiene consigo pequeñas violencias que por lo general se devuelven mediante gestos nerviosos de rechazo. Son situaciones con las que interrogo de manera momentánea a las personas, son cuestionamientos donde el hecho de hablar o hablarle a un extraño ya es un acto que desafía la integridad absoluta de estar en el espacio de la calle. Otros por el contario, se abren a la expectativa, a la espera, se dejan sorprender y entran en contacto, están dispuestos a hablar de manera desprevenida, toman la mano, discuten, saludan. Entonces, las situaciones se dan a partir de los encuentros que emergen a manera de irrupción, de cierta intromisión, que corresponde a la ocupación de lugares transitorios con las personas y las cosas. Un acto emergente que colisiona con los cuerpos y que pone en tensión los roces efímeros de la calle.
He salido a decir el nombre de alguien, so pretexto de encontrar el mío, he salido a llamar a las personas con ademanes, a pregonar en voz alta, he salido a caminar en silencio, justo al lado de otras personas, a vagabundear, he salido para fijarme en la voz de otro.
He salido y me he quedo quieto, mirando lo que viene a mí, he salido a señalar con la voz las cosas que me molestan, he salido a silbar en medio de la gente.
He salido y me ha cercado la mudez de alguien, he salido para encontrar el silencio arrogante, he salido y hallé el sigilo de las personas, he salido y se me atraviesa la parquedad de la gente.
He salido a hablar de lo que sucede alrededor, he salido a leer las placas de los carros, he salido a emitir en voz alta, las tablas de recorrido de los buses, he estado deletreando, diciendo las cosas que pasan frente a mí.
He salido a dialogar con gente en los paraderos de la calle, he salido a hablar solo en las aceras de las calles, he salido a despertar a la gente que duerme en la calle, he salido a conversar con un abuelo en una esquina.
He salido a caminar y he activado la alarma de un megáfono, he salido para ser parte del ruido, he salido a pesar de los temores que me invaden, he salido y me ha dado miedo, he salido y he agredido a las personas, he salido y he sido agredido.
He salido a buscar el grito, he salido y encuentro balbuceos, he salido y encuentro un sin número de gestos, he encontrado las personas en su propio silencio, he salido a andar y dar desconfianza.
He salido a caminar al lado de la gente, he salido a observar a los sujetos, he salido a numerar a los individuos.
Salgo al encuentro con lo otro, revelo encuentros fortuitos, me encuentro, me hallo entre las cosas, me encuentro entre las personas, encuentro momentos.
Aparece una confluencia con la voz, la palabra, la letra, la ocasión, se moviliza un diálogo que revela aquello que sucede en cada uno de los lugares en los que se habita.
Interferir o hacer suceder algo, se presenta con la intención de movilizar y desbordar las relaciones entre las personas. Hay cosas que emergen en la hostilidad de la calle con una apariencia sospechosa.
De manera momentánea incido en la vida de la calle, se posibilitan encuentros imprevistos, se irrumpe en los lugares con actos transitorios frente a aquello que es rutinario o se presenta como normal.
Un acto anónimo provoca reacciones frente a lo cotidiano, se introducen diálogos con el otro, que muestran lo otro. Un alarido, una voz de falsa alarma, propicia una presencia desembocando el espacio de la calle.
En medio de voces, pitos, silbidos, el cuerpo es mostrado, queda expuesto, descubierto, y se hace vulnerable ante la pregunta del otro.
Enunciar un nombre, nominarse, mencionarse, llamarse a uno mismo, es un acto emergente que toma posición en el encuentro de uno en relación con el otro. La visibilidad de las relaciones transitorias da paso a eso que transcurre en lo cotidiano.
Se hace presencia en la calle llamando, nombrando, provocando un acto de extrañeza, un lugar se construye al abrir paso en una relación de vecindad con el otro.
Aparecen otros nombres, me reconozco, hay un yo en el otro, se expande la presencia audible del otro, siento que la gente me toca. Cada acto de traducción es una negociación frente al otro, el que lee y el que nombra, hay una marcación que detona un sentirse extraño.
Sigo expectante a recibir, en la distancia, con pequeños gestos que se repiten en un instante de contacto, una mueca, un movimiento de labios, mi nombre.
Las incursiones en el espacio de la ciudad se dan a través de la emisión de la palabra. Construyo situaciones de diálogo en el espacio de la calle. He salido a propiciar encuentros con un megáfono y un cartel en la mano.
Son actos para habitar, para instalarse momentáneamente en un sitio. Cada uno de los acercamientos condiciona la experiencia de estar bordeando el cuerpo de un otro. En el otro aparece algo que genera una enunciación, se crea una noción de cercanía, aunque extraña.
Hacerse escuchar, escuchar la voz del otro, del que está de paso, ser visitante, crear vínculos con la hostilidad del exterior, poner en confrontación lo enunciado con el afuera, con lo extraño, con lo ajeno.
El hecho de estar ahí, el acto de darse a ver, de estar a solas con otras personas en medio de la multitud construye narrativas emergentes de pertenencia.
El acto de nombrar, señalar; genera espacios que son a la vez micro comunidades de espectadores, de relaciones donde se manifiesta lo anónimo.
Son acciones humanas de resistencia, de encuentros y desencuentros que se experimentan al confrontar lo singular de cada uno en la creación de vínculos momentáneos con el otro.

 


t2 Referencias

Agamben, G. (2001). Medio sin fin. España: Pretextos.
Baum, Z. (2007). Miedo líquido. Barcelona: Paidos.
Benjamin, W. (1999). Ensayos escogidos. México: Ediciones Coyoacán.
Deleuze, G. y Felix, G. (1991). Qué es la filosofía. Barcelona: Anagrama Editorial.
Deleuze, G. y Guattari, F. (1980). Mil mesetas. España: Pretextos.
Ferguson, R. (2009).Francis Alÿs, política del ensayo. Bogotá: Banco de la República.
Haanning, J (2003). Hello my name is Jens Haanning. Copenhagen: Les Presses du Réel.
Kwon, M. (2004). The wrong place. Contemporany art: from studio to situation, 31-41.
Nancy, J. L. (2000). El intruso. Buenos Aires: Amorrirtu Editores.
Negri, T. (2000). Ocho cartas. Madrid: Trotta.
Ranciere, J. (2005). Sobre políticas estéticas. Barcelona: Contratextos.

 

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