DOI:
https://doi.org/10.14483/25009311.14104Publicado:
2019-01-03Número:
Vol. 5 Núm. 6 (2019): enero-junioSección:
Sección CentralCreatividades e infancias. Entre el asombro y la fascinación
Creativity and Childhood. Between Amazement and Fascination
Palabras clave:
Creatividad, creación artística, prácticas artísticas, formación artística musical (es).Palabras clave:
Creativity, artistic creation, artistic practices, musical artistic training (en).Descargas
Referencias
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Creatividades e infancias. Entre el asombro y la fascinación
Artículo de reflexión
Recibido: 1 de agosto de 2018 Aprobado: 10 de septiembre de 2018
Ricardo Lambuley Álferez Universidad Distrital Francisco José de Caldas rlambuley@gmail.com
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Cómo citar este artículo: Lambuley Álferez, Ricardo (2018). Creatividades e infancias. Entre el asombro y la fascinación. Estudios Artísticos: revista de investigación creadora, 5(6) pp. 72-86. DOI: https://doi.org/10.14483/25009311.14104
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Agradecimientos: Este artículo es aportado por el Grupo de Investigación Contexto Música y Arte COMA, para el Programa Estratégico de Investigación “Alondras y Ruiseñores: La inteligencia musical como alternativa de desarrollo multidimensional para la primera infancia”, financiado por Colciencias y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional. https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
Resumen
El propósito de esta reflexión está enmarcado en la línea de pensar la creación musical como un aspecto fundamental en la experiencia musical con niños y niñas. En las dos fases anteriores del programa se hizo hincapié en la percepción y la expresión como conceptos alentadores en la construcción del modelo alternativo y multidimensional de la experiencia musical con infantes. En este sentido y manteniendo la misma metodología de los proyectos anteriores resulta oportuno develar los entendimientos precisos de lo que representa el proceso creativo como parte de la experiencia artístico-estético-musical en el aula de clase.
Palabras claves
Creatividad; creación artística; prácticas artísticas; formación artística musical
Creativity and Childhood. Between Amazement and Fascination
Abstract
The purpose of this reflection is framed around musical creation as a fundamental aspect in the musical experience with children. In the two previous phases of the program, emphasis was placed on perception and expression as concepts that encourage the construction of the alternative and multidimensional model of musical experience with children. In this sense, and keeping the same methodology of the previous projects, it is opportune to build a precise understanding of what the creative process represents as part of the artistic-aesthetic-musical experience in the classroom.
Keywords
Creativity; artistic creation; artistic practices; musical artistic training
Créativité et enfance. Entre l’émerveillement et la fascination
Résumé
Le but de cette réflexion s’articule autour de la création musicale en tant qu’aspect fondamental de l’expérience musicale avec les enfants. Au cours des deux phases précédentes du programme, l’accent a été mis sur la perception et l’expression en tant que concepts encourageants pour la construction du modèle alternatif et multidimensionnel de l’expérience musicale avec eux. Dans ce sens et en conservant la même méthodologie que les projets précédents, il est opportun de construire une compréhension précise de ce que le processus de création représente en tant que partie de l’expérience artistique-esthétique-musicale dans la salle de classe.
Mots-clés
Créativité ; création artistique ; pratiques artistiques ; formation artistique musicale
Criatividade e infância. Entre a maravilha e a fascinaçao
Resumo
O propósito desta reflexão enquadra-se na linha de pensamento sobre a criação musical como um aspecto fundamental na experiência musical com crianças. Nas duas fases anteriores do programa, a ênfase foi colocada na percepção e expressão como conceitos encorajadores na construção do modelo alternativo e multidimensional da experiência musical com crianças. Nesse sentido e mantendo a mesma metodologia dos projetos anteriores, é oportuno construir uma ideia precisa do que o processo criativo representa como parte da experiência artístico-estético-musical em sala de aula.
Palavras-chaves
Criatividade; criação artística; práticas artísticas; treinamento artístico musical
Ruraikuna i uchuiakuna. Ugnarii kagta i iapa suma kawarii tiaura Maillallachiska
Kai iuiakuna kaiaririmi
imasami urai tia kai uirsai rurangapa kagta kai sug kariwambrawa i sug warmi wambra. Ña kai iskai ruraipi kaiarirkami kawaspa i rimaspa i chasaitatami munari sug kawalpi i Achka kawai tiaskapi chasaitatami kawari kai uchuiaikuna imata iachaikuskami uikankuna kai iuiapi charirimi chi rurai iatata ñugpamanda kaska kai chasami chaia kawachinga sutipa kasa kagta kai rurai i imasami chi ruraikuna i vissinai kuna tian chi wasi iachichiridirupi.
Rimangapa Ministidukuna Ruraikuna; ruraikuna llunchiska; ruraikuna llunchiskapa; rurai llunchiska visiangapa
Creatividades
Se entiende de manera general y casi espontánea, que la creatividad es una capacidad universal de los seres humanos y que se concreta en la elaboración o construcción de algo novedoso o al menos original. Bien puede ser una idea, una imagen, una canción, una historia, hasta el descubrimiento de nuevas relaciones en un sistema o la elaboración de un objeto que suple alguna necesidad. En todo caso estamos hablando de cambios, transformaciones y novedades en el ámbito simbólico de la cultura.
De esta manera todas las creaciones humanas devienen como parte de la tensión entre lo establecido, lo institucional, lo tradicional y la necesidad de suplir, corregir, transformar algún ámbito de la existencia que, para el presente y el futuro, mejorará la supervivencia y la calidad de vida. Visto así la creatividad ha estado ligada a la historia de la humanidad, todas las culturas han creado lenguajes, objetos, técnicas, formas sociales de vida, lenguajes artísticos, maneras de apropiación de la tradición, entre otros En un sentido amplio, la creatividad está relacionada entonces con la capacidad imaginativa de una persona situada en una cultura que la cobija, pero también muy relacionada con la inventiva, el descubrimiento de algo, la solución de algún problema, en este aspecto tiende a asimilarse con la inteligencia.2 Hoy es entendida como una capacidad humana que se asocia con operaciones mentales, respuestas corporales y disposiciones culturales que emergen con un propósito.
A lo largo de la historia occidental el acto creativo había sido visto como un momento mágico de iluminación de inspiración, con lo cual, siempre se dimensionó de manera muy unívoca que la creación dependía casi de los dotes especiales de ciertas personas. Este entendimiento centró la observación en las mentes de los sujetos considerados talentosos, genios, creativos, sin tomar en cuenta los contextos donde estos sujetos aportaron la novedad ni la situación histórica particular que permitieron la emergencia de los aportes en un campo específico.3
Como estamos en el campo de lo simbólico, cada idea o proyecto novedoso que enriquece la cultura debe además de mostrar el efecto encontrado, ser expresado de manera comprensible para otros. Estando de acuerdo con lo anterior, podemos afirmar que la creatividad requiere de un contexto que la facilite de —uno o unos sujetos que de manera sensible estén afectados, comprometidos o al menos interesados— y un espacio de socialización y validación de las aportaciones.
Con esta introducción queremos dejar claro que la creación no es una actividad meramente del campo del arte y de los artistas y en que en todos los campos y dominios surgen siempre ideas que contrarían o transforman los entendimientos anteriores. De otra parte, que además de las ideas brillantes de los sujetos creativos, son imprescindibles los ambientes y las situaciones concretas que las acunan.
Entendimientos y definiciones
Revisando los estudios al respecto podemos afirmar que la creatividad es entendida como una disposición, una aptitud, una capacidad asociada a los procesos de pensamiento, imaginación e innovación del ser humano en todas sus edades. El vocablo es de reciente incorporación como concepto, solo hasta 1970 aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
La definición de diccionario sobre creatividad es “la facultad de crear” a su vez la definición de crear es: que deviene del vocablo latino creare que significaba ‘producir de la nada’ engendrar, procrear. La figura análoga en Platón era la del demiurgo ‘arquitecto del mundo’. En la antigüedad la figura del poeta era la del fabricante de mundos nuevos (Marín, 2010).
La mayoría de autores coinciden en que se trata de un constructo multifacético y complejo en el que intervienen dimensiones personales de naturaleza cognitiva, socioemocional y de variables contextuales. En un sentido cotidiano y pragmático se puede pensar como la capacidad de responder a estímulos y situaciones no previstas permitiéndose la libertad de opciones incluso yendo más allá de las lógicas establecidas.
Es también compartido por varios estudiosos del tema como Gardner; Csíkszentmihályi, el carácter procesual y colectivo de la creatividad, donde se ponen en juego para nuestro interés el dominio artístico y la dimensión estética. De hecho, hoy en día se habla, por ejemplo, para el caso del teatro como práctica artística de la “creación colectiva” como una metodología de la creación de la obra o de la puesta en escena. También se oyen mencionar las escrituras colaborativas como formas comunales de construir ideas, reflexiones, narraciones, proyectos entre otras.
Sin embargo, es prudente aclarar desde estas teorías de la creatividad que una persona no puede ser creativa en un campo en el que no ha sido iniciado, dado que la creatividad requiere el manejo de los códigos y reglas del campo en el que se quiere ser creativo. Aunque la creatividad sea considerada una capacidad universal de los seres humanos, no es suficiente con la herencia genética que nos habilita vivenciar y explorar los diversos campos y dimensiones de la vida, se requiere que sea invocada, atraída, estimulada, alimentada, disfrutada, recompensada.
Es interesante traer la analogía de Mihaly Csíkszentmihályi, cuando dice que “la creatividad es el equivalente cultural del proceso de cambios genéticos que dan como resultado la evolución biológica, proceso en el que, por debajo del umbral de conciencia, tienen lugar variaciones fortuitas en la química de nuestros cromosomas” (Csíkszentmihályi, p.21). Resulta en este sentido oportuno precisar, que en los procesos culturales no hay mecanismos equivalentes a los biológicos. Por tanto las transformaciones o cambios culturales no se transmiten cromosómicamente sino que requieren de dispositivos culturales y mecanismos educativos para que cada miembro nuevo de la comunidad aprenda e incorpore la información básica que le permita acceder a la cultura que construyeron los que le antecedieron. Estamos hablando del lenguaje, las tradiciones, los modos de higiene, la alimentación, los oficios de la casa, los cantos de cuna, de festejo entre otros.
En estas teorías está claro que la creatividad no resulta de la nada, sino de las oportunidades que han tenido los miembros de la comunidad para acceder a la educación a los bienes culturales, a la recreación, al deporte. Es esta carga cultural y los niveles de profundización en algún dominio particular, los ingredientes que potencian la posibilidad de que la creatividad se asome a nuestras expectativas. En esta vía argumentativa, insiste Gardner, en que el asunto de la creatividad no es un tema meramente de la persona creativa sino del papel comunitario para la valoración y tramitación de la novedad. Torres (2003) afirma que “la creatividad es un fenómeno que se mueve entre los atributos personales y las exigencias sociales” (Torres, 2003, citado por Marín).
Estas consideraciones y entendimientos sobre la creatividad sugieren repensar las visiones y concepciones que se manejan en la escuela para intentar darle profundidad y enfoque a la creación como una resultante importante en las prácticas pedagógicas que se suceden en los espacios educativos. No es suficiente entonces darle un papel y unos colores a un niño para que pinte o permitirle tocar algunos instrumentos musicales y suponer que el resultante de la actividad queda enmarcado en un hacer creativo. Muchas de estas actividades exploratorias de sensibilización con algún lenguaje artístico resultarían desde estas teorías como respuestas inteligentes en relación con un interés imaginativo, y faltarían procesos de dominio del lenguaje para ser presentadas como actos creativos.
Antes de comenzar la explorar las características de la creatividad en el campo de la arte y en la dimensión estética considero oportuno traer algunas de las definiciones sobre la creatividad que han elaborado los estudiosos del tema a fin de contrastar la riqueza de entendimientos sobre el tema y por supuesto argumentar con mayor rigor el valor de la creación artística como referente indiscutible de la calidad de las prácticas artísticas en los espacios escolares y en particular en las experiencias pedagógicas con niños y jóvenes.
Para este ejercicio retomamos de María Teresa Esquivias, un cuadro que elaboró en un escrito sobre creatividad y que fue publicado en una revista digital de la UNAM (México) donde recoge definiciones y aportaciones de los autores que han sido sobresalientes en el estudio de este particular tema. He traído para esta revisión las definiciones que más he considerado aportantes y contrastantes para la reflexión en el interés de construir un entendimiento que nos ayude a ampliar el concepto en términos de potenciar la imaginación y la creación en los niños en el marco del programa de investigación propuesto.
• (Guilford, 1952) “la creatividad en sentido limitado se refiere a las aptitudes que son características de los individuos creadores, como la fluidez, la flexibilidad, la originalidad, el pensamiento divergente”.
• (Osborn 1953) “aptitud para representar, prever y producir ideas. Conversión de elementos conocidos en algo nuevo, gracias a una imaginación poderosa”.
• (Mac Kinnon, 1960) “la creatividad responde a la capacidad de actualización de las potencialidades creadoras del individuo a través de patrones únicos y originales”.
• (Freud, 1963) “la creatividad se origina en un conflicto inconsciente. La energía creativa es vista como una derivación de la sexualidad infantil sublimada, y que la expresión creativa resulta de la reducción de la tensión”. • (Piaget, 1964) “la creatividad constituye la forma final del juego simbólico de los niños, cuando este es asimilado en su pensamiento”
• (Guilford, 1971) “capacidad o aptitud para generar alternativas a partir de una información dada poniendo el énfasis en la variedad y cantidad y relevancia de los resultados”.
• (Dudek, 1974) “la creatividad en los niños, definida como apertura y espontaneidad, parece ser una actitud (respuesta comportamental emotiva) o rasgo de la personalidad más que una aptitud”.
• (Torrance, 1976) “la creatividad es el proceso de ser sensible a los problemas las dificultades…de resumir información…de hacer suposiciones o formular hipótesis y finalmente ser capaz de comunicar los resultados”. • (Pesut, 1990) “el pensamiento creativo puede ser definido como un proceso metacognitivo de autorregulación, en el sentido de la habilidad humana para modificar voluntariamente su actividad psicológica propia y su conducta o proceso de automonitoreo”.
• (Pereira, 1997) “Ser creador no es un acto concreto en un momento determinado, sino un continuo ´estar siendo creador’ de la propia existencia en respuesta original… Es esa capacidad de gestionar la propia existencia tomar decisiones que vienen de dentro, quizás ayudadas de estímulos externos, de ahí su originalidad”.
• (Togno, 1999) “Es la facultad (capacidad intuitiva e intelectiva) humana de observar y conocer un sinfín de hechos dispersos y relacionados generalizándolos por analogía y luego sintetizarlos en una ley (nuevo constructo), es también hacer los mismo de una diferente manera”. • (De la Torre, 1999) “Si definir es rodear un campo de ideas sobre una valla de palabras, creatividad sería como un océano de ideas desbordado por un continente de palabras. • (Gardner, 1999) “la creatividad no es una especie de fluido que pueda manar en cualquier dirección. La vida de la mente se divide en diferentes regiones, que yo denomino ‘inteligencias’ como la matemática el lenguaje o la música. Y una determinada persona puede ser muy original e inventiva, incluso iconoclasticamente imaginativa, en una de esas áreas sin ser particularmente creativa en ninguna de las demás”.
• (Goleman Kaufman y Ray, 2000) “…contacto con el espíritu creativo, esa musa esquiva de las buenas —y a veces geniales— ideas”. • (Matisse) “Crear es expresar lo que se tiene dentro de sí”. Intentando dar cabida a las definiciones y con el fin de ubicar sus aportaciones, sugiero agruparlas en cinco maneras de subrayar distintos aspectos centrales de la creatividad.
• Las que parten de considerar la creatividad como una capacidad, una aptitud, en este sentido estamos refiriéndonos a la idoneidad que dispone una persona para realizar alguna cosa de manera satisfactoria. Podemos inferir entonces que son características potenciales y comunes a cualquier ser humano en tanto nacemos con ellas y nos permiten distintas posibilidades de acción de acuerdo con los códigos y reglas que heredamos de la cultura en la cual nos desenvolvemos.
• Las que asumen la creatividad como un proceso que involucra la sensibilidad y la capacidad de respuesta para modificar voluntariamente situaciones o instalar resoluciones a problemas particulares de acuerdo con las presiones sociales del contexto.
• Las que refuerzan la ida de la creatividad como una actitud, esto es, la voluntad y la disposición, subrayando la idea de darle valor a las respuestas comportamental y emotiva resultante en relación a los estímulos externos. En este sentido, Dudek refuerza más las posibilidades de respuesta en relación con la personalidad y los sentimientos.
• Las que acogen los postulados del psicoanálisis que sugieren entender la creatividad como energía (producida por un conflicto), como pulsión del inconsciente, para exteriorizar las cosas más profundas del sujeto procurando placer y un estado de catarsis de donde surgen los efectos mágicos de la creación que convierten lo intolerable en hermoso y los angustioso en placentero.
• Las que distancian la idea de la inteligencia de la creatividad, sugiriendo que la creatividad es la resultante de procesos de pensamiento divergente, lateral, donde se rebasan las posibilidades lógicas lineales y secuenciales de respuesta.
De otra parte pueden resultar interesante las ideas y conceptos que se han utilizado para la elaboración de pruebas que miden la creatividad básicamente en su dimensión cognitiva y ver como miden y elaboran teorías, acerca de las probables respuestas de los sujetos en cuestión, dado que quizás muchas también aplican para indagar los asomos de creatividad en las respuestas que esperamos cuando sugerimos o evocamos una imagen o idea inicial que requiere ser completada.
Estas pruebas de creatividad buscan adivinar causas, plantear preguntas, predecir consecuencias, construir imágenes y completar. El famoso psicólogo estadounidense, Ellis Paul Torrance, desarrollo un test que consiste en una batería de pruebas verbales (hacer suposiciones de situaciones improbables) y figurativas (ideación de figuras e imágenes a partir de una figura curva o de líneas).
En este sentido, puede ayudar a una mayor compresión sobre el campo de la creación artística el traer también las acciones involucradas en las pruebas que han diseñado los estudiosos del tema. Por ejemplo, Yamamoto (1963), sugiere unas acciones concretas, como la invención de historias con niños y niñas de 11 años y una serie de criterios para la evaluación de la creatividad. Resulta al menos sugerente revisar los adjetivos que califican las acciones propuestas, tales como: pintoresco, vigoroso, picante, implicación personal, soluciones o desenlaces originales, elementos sorpresa, originalidad de la intriga o situación, humor, invención de palabras o de nombres, astucia de estilo o contenido.
Leyendo por encima las aportaciones de estas dos experiencias sobre la elaboración de pruebas que intentan indagar la creatividad, intuimos que el asunto es mucho más complejo en su definición y por su puesto en su explicitación dadas las contradicciones evidentes entre construir estándares o medidas y valorar o evidenciar particularidades, por lo tanto, siempre quedan en duda la pertinencia de construir pruebas y desarrollar mediciones que intenten auscultar las acciones creativas.
El interés de esta breve aproximación es trascender la idea generalizada de, que la creatividad en el ámbito musical está ubicada en la práctica compositiva o la composición musical, es decir, en el dominio de unos códigos aportados por la tradición o reglados por la disciplina. Es claro que componer una canción o un verso tiene un alto ingrediente de creatividad pero reducirla solo a estas prácticas, resulta cuando menos empobrecedor y reductor de las inmensas posibilidades creativas de las diversas prácticas que se dan en el campo de lo musical como son: la interpretación de un instrumento musical o el canto, la construcción de objetos con propósitos sonoros, la escucha musical, la incorporación de la tradición oral con interés furtivo, las analogías probables entre sonidos palabras e imágenes, las versiones particulares de una improvisación o un juego musical entre otras.
El interés es desatar el ingenio, avivar la chispa, sacar y potenciar la malicia —como se dice en ambientes coloquiales— fortaleciendo la experiencia creativa como condición vital de la vivencia pedagógico musical en el aula de clase de manera que no solo basta enfatizar los procesos perceptivos y las formas de expresión sino que también se constituye la creación como un aspecto sine qua non de las prácticas artístico-musicales.
La creación artística
También, podemos rastrear como se ha entendido y conceptualizado el proceso creativo en el ámbito del arte y ver como aplican las definiciones que hemos presentado cuando nos referimos a la creatividad en un ámbito ya no tan plural.
En este sentido, el arte también constituye parte de la trama social del campo simbólico de la cultura. Esto es, una práctica cultural que se define en el marco de una necesidad de expresión del sentir y/o de la elaboración de mundos imaginarios con diversos medios y lenguajes. Una práctica que surge desde el campo de lo sensible, lo intuitivo pero que lucha por transitar deseosa en los laberintos y/o bifurcaciones de lo estético. Esto es la capacidad de construir universos de sentido no literales que puedan ser compartidos por otros.
Esta capacidad está asociada a la fuerza interior del creador y a su conexión o des-conexión emocional, mental, física y espiritual en relación con las múltiples explicaciones e ideas sobre la vida y la muerte. Esta energía es la resultante de los valores y creencias que desarrolla una cultura en el marco de su evolución histórica. En el mundo occidental el arte está muy relacionado con el dominio de las formas que constituyen cada uno de los lenguajes considerados artísticos y su relación con los preceptos religiosos sobre lo bueno y lo malo, lo divino y lo pecaminoso, lo noble y lo vulgar, lo refinado y lo burdo, lo complejo y lo simple.
Ya habíamos comentado, desde la perspectiva histórica del arte occidental, las funciones que asignaron los filósofos griegos Platón y Aristóteles al papel del arte, —como catalizador espiritual o purificador de las pasiones mundanas—, esto para insistir en el entendimiento sobre el importante valor de las artes en la construcción del tejido social y de las dinámicas culturales, en tanto, aspectos esenciales al desarrollo de cualquier pueblo comunidad o colectivo. De manera que la creación artística como necesidad expresiva individual y colectiva está más allá de la representación, la vivencia, la experiencia, en tanto dimensión sensible del acontecer humano que hace posible el ámbito de lo estético donde aparece de manera fantástica le capacidad de conmover, sacralizar, criticar, burlar, venerar, proscribir, trascendiendo el umbral positivo del encuadre epistemológico de la práctica artística, la descripción cualitativa del objeto resultante y los procedimientos técnicos de su factura.
Quizás, sea oportuno citar una primera aproximación a la definición de la creación más cercana al ámbito artístico que recoge el esbozo de lo mencionado hasta ahora:
El espacio imaginario, el crear, como forma de comunicar siempre involucra lo más profundo del ser humano. La capacidad de gestar y partir de símbolos, el echar a volar imágenes, el crear y recrear espacios de fábula y a la vez sentirse dueño de tanta creación, le permite al hombre desenterrar y hacer germinar la riqueza interior tan profunda, como solamente lo puede hacer aquel que se aventura a adentrarse en el mágico juego de lo imaginario (Brites de Vila y Muller,1990, p.6, citado por Ivana Pares).
Esta síntesis que retoma Ivana Pares, resulta muy sugerente para intentar definir, describir, referenciar la complejidad que debería recorrer cualquier proyecto educativo o cultural que involucre la creación y la producción de aspectos novedosos
y genuinos en cualquier ámbito de la vida. De allí que para el campo del arte el asunto de la creación resulta mucho más involucrado en tanto que podríamos decir que una forma particular de imitación puede resultar como la semilla o el germen de una idea o imagen no percibida antes. El valor de esta novedad no siempre requiere el tamiz del campo, en tanto que, de lo que se trata es de fomentar una actitud de re-interpretación permanente del mundo desde el sentir de la fuerza expresiva interior.
Invocamos la magia, el misterio que trae esa fuerza interior capaz de crear, recuperando ese valor antiguo de la creación relacionada con aparición de la vida, de la naturaleza, ese acontecimiento que deviene como una fuerza sobrehumana una pulsión que desborda cualquier explicación.
Como en una tempestad, la naturaleza creadora reúne a veces en un solo hombre todas sus múltiples fuerzas en forma dramática para un breve juego heroico para que el mundo, estremecido, comprenda todas sus posibilidades (Sweig, 1941, p.16).
De otra parte, también resulta convergente e interesante la manera como se van haciendo evidentes los temas reiterativos en las entrevistas que hace Ivana Pares a los artistas, en donde uno de los aspectos que enfatiza, tiene que ver con el valor de las experiencias y vivencias familiares o educativas que sucedieron en la época de la infancia y el peso de estas en la elección personal de la actividad profesional de cada uno de los entrevistados. También trae, a propósito del tema, el peso e importancia en sus diversas prácticas profesionales en el campo de arte, el aspecto creativo, en tanto permite profundizar en un dominio, desarrollar la fantasía y de poner a volar la imaginación.4
La argumentación transita de modo que intentamos mostrar como el uso instrumental y positivo de la actividad creadora en el campo de lo artístico en los espacios escolares y formativos de niños y jóvenes, se ha enmarcado casi meramente en el uso e incorporación de las diferentes técnicas o modos de hacer que legitima el docente de acuerdo con sus particulares gustos o con los lineamientos ideológicos y morales de la institución. Así la imitación y algunos juegos de reconocimiento de melodías y ritmos resultan ser los aspectos más creativos de la actividad musical.
También insistimos en que la actividad creadora en el campo artístico no solo esta referenciada a producción de las obras llamadas “grandes obras maestras de la humanidad”. Aquí la creación es más una actitud, decíamos, en tanto se convierta en una actividad permanente que posibilite fortalecer el acumulado de experiencias estéticas con las cuales se pueda ir (re)construyendo maneras particulares de sentir, imaginar y pensar el sonorama y los sentidos que emergen con la magia.
Este proceso imaginativo requiere de modo más intencional, un ambiente que propicie la experimentación que juegue con el riesgo, que desvanezca la idea del tiempo de la clase para pensar en el ritmo del aprendizaje, concitando espacios de ensoñación, de rienda suelta a lo sonoro-corporal aunque no siempre tenga una precisa intención o la espera de un resultado positivo. La paciencia y la minuciosidad suelen ayudar a la creación de algo
Esto refuerza la idea de que la creatividad no es solamente una particular actividad mental. “La creatividad no se produce dentro de la cabeza de las personas, sino en interacción entre los pensamientos y un contexto sociocultural. Es un fenómeno sistémico más que individual” (Csíkszentmihályi, p.38). Yo agregaría que es la interacción entre intuiciones, pensamientos, (creencias) corporalidades y vivencias situadas.
maravilloso, extraordinario. Es como intentar transitar desde lo efímero de la cotidiana práctica musical a la magistral versión de alguna narrativa sonora.
La fórmula verdadera de la creación artística no es, pues, inspiración o trabajo, sino inspiración más trabajo, exaltación más paciencia, deleite creador más tormento creador (Zweig, 1941, p. 9).
Invocamos en esta cualificación de lo creativo el esfuerzo por comprender antes que juzgar, por entender antes que calificar. La velocidad e intensidad de las acciones del maestro en la clase, casi nunca le permiten detenerse a valorar las diferentes respuestas de los niños y niñas que desde lo individual van transformando su conocimiento del mundo.
Deberíamos esforzarnos también por comprender con toda nuestra fuerza espiritual cómo pudo ese milagro divino lograrse por un ser humano. Pues la máxima virtud del espíritu humano consiste en procurar hacerse comprensible a sí mismo lo que en un principio le parece incomprensible (Zweig, p.2).
Entre el asombro y la fascinación
El esfuerzo de conceptualización de la creación artística nos lleva a la presentación de los escenarios teóricos de debate en donde esta práctica está relacionada estrechamente con la poiesis,5 es decir la creación separada de la producción, poniendo en evidencia la reflexión que se ha desarrollado desde la antigüedad occidental, sobre una experiencia sensible que transita por la emoción y la sensación.
Al respecto Iliana Hernández,6 en una sugerente indagación sobre la creación artística y el aporte de los desarrollos tecnológicos, llama la atención sobre la pérdida de capacidad de asombro. Esto referido a la manera como se ha ido organizando el espacio urbano en tanto que territorio impersonal, repetitivo, desprovisto de cargas simbólicas y afectivas que produzcan sentido y pertenencia. Menciona en este sentido el valor de la creación artística como potencia que implica la pulsión y el deseo, en la ruptura sensible y conceptual del mundo que nos antecede.
Un trabajo relevante en arquitectura necesariamente hace una ruptura con su tiempo, intentando producir un mundo posible entre la poiesis y la abstracción, la tecnología y la estética; el lugar para el mantenimiento de la tensión emocional ante sus formas y la capacidad de albergar, recibir, esperar y despertar un interés, que implique lo que Charles Pierce llamaba la ética de lo admirable (Hernández, p.3).
De acuerdo con Hernández, que el campo de la creación artística no solo está referido a los objetos expuestos en galerías, museos, teatros y demás escenarios de la institución “arte”, sino que tiene que ver con “las manifestaciones sensibles en los barrios populares realizadas por habitantes de la zonas periféricas y céntricas cuya expresión surge de una cotidianidad sencilla activa espontánea sorpresiva que arma tejido social” (Hernández, p.3).
La espectacularización del mundo hace posible que hoy tengamos como valor de realidad la información y los mensajes adquiridos desde el contacto con los medios tecnológicos y las experiencias derivadas de su relación, creando una difusa barrera entre la realidad y la producción ficcional de la misma. En este sentido la creación artística de imágenes y mensajes participa de esta desabordada y absurda proliferación de contenidos que ponen entre comillas las definiciones canónicas de lo artístico lo estético, lo comercial y lo industrial, en tanto muchas de ellas aparecen en los nuevos formatos mixturadas, imbricadas, fundidas, camufladas y rápidamente reemplazadas por las demandas comerciales mas no así por las necesidades del común. En esta debacle cultural y como parte de la alteridad del sistema emergen las vanguardias artísticas que junto con las prácticas culturales periféricas no institucionales resisten y denuncian en tanto han sido discriminadas y desacreditadas por la institucionalidad del arte.
¿Cómo entonces entender el valor de la creación artística dentro de las contingencias del mundo contemporáneo? Al respecto, Hernández pone de presente como la creación desde el ámbito de lo artístico resulta como energía, como fuerza, como pulsión que transfigura y tramita múltiples maneras de habitar de existir, dislocando los esencialismos y los binarismos que han marcado la ruta de la discusión entre modernidad y tradición, entre identidad y progreso. Retrotrae los entendimientos sobre los que filósofos pedagogos y culturalistas se han apropiado para revalorizar y devolverle una perspectiva humanista a las prácticas artísticas.
La poiesis hace posible la convergencia entre la sensibilidad y la técnica (hoy día tecnología), uniendo elementos que además de implicar una calidad en el campo de las sensaciones, posibilitan una ampliación de la cognición; signando así las obras más audaces, en las que además se produce conocimiento que amplía las fronteras. La relación entre la poiesis y la hybris o radicalidad de los iniciadores; esta permite que la creación artística se encuentre con los actos inaugurales, con la producción de mundos posibles, de emergencia de ideas que conjuran el tiempo y avizoran paradojas o posibilidades, permitiendo que habitemos entornos hasta ahora considerados imposibles, se trata de visibilidades del mundo que aparecen (Hernández, p.9).
He considerado oportuno traer esta discusión debates teóricos —un tanto del ámbito filosófico— ya que nos ayudan a comprender el profundo valor de la creación como actividad esencialmente humana, trascendiendo los lugares comunes y las analogías en el sentido de no asimilar de la misma manera las causas, los procesos y los resultados. Es decir, el modelo consumista que convirtió la producción artística en mercancía a sobredimensionado el “objeto artístico” puesto en la vitrina sobre el tejido social del proceso creativo y la intención espiritual. Por eso la idea de pensar la poiesis como esa actividad libertaria que desborda la “téchne” —entendida esta como la disposición racional apropiada para la producción—, amplía la comprensión del hacer, del fabricar, del construir, del tejer, redimensionando las prácticas artísticas desde lo pedagógico y lo educativo (Librada, 2013).
En síntesis, este esquemático recorrido por algunas de las ideas que nos posibilitan reconocer la creación artística como algo más que la producción de un objeto o idea novedosa, resulta muy conveniente para el programa de investigación en tanto devela muchos aspectos poco tenidos en cuenta por los docentes en la actividad escolar. En un primer acercamiento aparecen la investigación y la imaginación como dos aspectos centrales de la creación artística, pero luego fuimos viendo que no solo es vital la condición subjetiva del creador sino las relaciones con otros, la intuición y el sentimiento pero también el pensamiento y la corporalidad, siempre motivando preguntas y respuestas que jueguen entren los dominios y la ensoñación, transitando entre la cotidianidad y la espiritualidad, entre el asombro y la fascinación.
La invitación es a que revisando estos conceptos podamos entonces asumir la creatividad como aspecto esencial del accionar humano y vital de las prácticas artísticas, reconociendo que cada uno de nosotros tiene rasgos, experiencias y pre-disposiciones culturales y genéticas que nos hacen siempre más sensibles a ciertas dimensiones de la realidad que otras, y que por lo tanto, la experiencia artística no puede estar solamente regulada por las competencias y niveles de desempeño, sino que se requiere ambientes propicios, afectos profesados y la decida apuesta a permitir la energía de lo individual y la magia de lo colectivo, evitando que la técnica traicione el develamiento, el misterio de lo que está por suceder.
REFERENCIAS
Csíkszentmihályi, M. (1998). El fluir y la psicología de la creatividad del descubrimiento y la invención. Barcelona, España: Editorial Paidós.
Esquivias, M.T. (2004). Creatividad: Definiciones, antecedentes y aportaciones. Revista UNAM, 5(1), Universidad Nacional Autónoma de México. Recuperado de http://www.revista. unam.mx/vol.5/num1/art4/ene_art4.pdf.
Gómez, M. P. (2015). Investigación y artes creadoras: la ruta de
un senti-pensar otro posible. Estudios Artísticos, 1(1), pp. 8-13.
doi:https://doi.org/10.14483/25009311.10245
Gómez, M. P. (2018). ¿Y si pluralizamos lo que entendemos como
conocimiento y creación? Estudios Artísticos, 4(4), pp. 10-13.
doi:https://doi.org/10.14483/25009311.12929
Hernández, I. (2013). “La creación artística y su relación con la investigación innovación”. [Ponencia], XII Congreso La investigación en la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia, recuperado de https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/15163/Hernandez-Garcia.pdf?sequence=2
Librada, M. A. (2007). Racionalidad en la creación artística. Depósito Académico Digital, Universidad de Navarra. Recuperado de http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/2184/1/03.%20MAR%C3%8DA%20ANTONIA%20LABRADA%2c%20La%20racionalidad%20
en%20la%20creaci%C3%B3n%20art%C3%ADstica.pdf
Marín, T. (2010). Teoría sobre la creatividad. Estrategias Creativas–grupo pintura. Alicante: Universidad MiguelHernández de Elche. Recuperado de http://www.imaginar.org/taller/ttt/2_Manuales/Teoria_creatividad.pdf
Pares, I. (2013). La creación artística, una expresión del interior del ser humano. Escritos de Facultad, Diálogo con artistas, 81(año IX), Buenos Aires, Argentina: Universidad de Palermo. Recuperado de http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_libro=431&id_articulo=8968
Sweig, S. (1941). “El misterio de la creación artística”. [Conferencia], Buenos Aires. Disponiblehttps://allaboutrousseau.files.wordpress.com/2015/10/zweig_stefan_el-misterio-de-la-creacic3b3n-artc3adstica.pdf
Recibido: 1 de agosto de 2018; Aceptado: 10 de septiembre de 2018
Resumen
El propósito de esta reflexión está enmarcado en la línea de pensar la creación musical como un aspecto fundamental en la experiencia musical con niños y niñas. En las dos fases anteriores del programa se hizo hincapié en la percepción y laexpresión como conceptos alentadores en la cons- trucción del modelo alternativo y multidimensional de la experiencia musical con infantes. En este sentido y manteniendo la misma metodología de los proyectos anteriores resulta oportuno develar los entendimientos precisos de lo que representa el proceso creativo como parte de la experiencia artístico-estético-musical en el aula de clase.
Palabras clave
Creatividad, creación artística, prácticas artísticas, formación artística musical.Abstract
The purpose of this reflection is framed around musical creation as a fundamental aspect in the musical experience with children. In the two previ- ous phases of the program, emphasis was placed on perception and expression as concepts that encourage the construction of the alternative and multidimensional model of musical experience with children. In this sense, and keeping the same meth- odology of the previous projects, it is opportune to build a precise understanding of what the creative process represents as part of the artistic-aesthet-ic-musical experience in the classroom.
Keywords
Creativity, artistic creation, artistic practices, musical artistic training.Résumé
Le but de cette réflexion s’articule autour de la création musicale en tant qu’aspect fondamental de l’expérience musicale avec les enfants. Au cours des deux phases précédentes du programme, l’ac- cent a été mis sur la perception et l’expression en tant que concepts encourageants pour la construc- tion du modèle alternatif et multidimensionnel de l’expérience musicale avec eux. Dans ce sens eten conservant la même méthodologie que les pro- jets précédents, il est opportun de construire une compréhension précise de ce que le processus de création représente en tant que partie de l’expé- rience artistique-esthétique-musicale dans la salle de classe.
Mots clés
Créativité , création artistique, pratiques artistiques, formation artistique musicale.Resumo
O propósito desta reflexão enquadra-se na linha de pensamento sobre a criação musical como um aspecto fundamental na experiência musical com crianças. Nas duas fases anteriores do programa, a ênfase foi colocada na percepção e expressão como conceitos encorajadores na construçãodo modelo alternativo e multidimensional da experiência musical com crianças. Nesse sentido e mantendo a mesma metodologia dos projetos anteriores, é oportuno construir uma ideia precisado que o processo criativo representa como parte da experiência artístico-estético-musical em sala de aula.
Palavras-chave
Criatividade, criação artística, práticas artísticas, treinamento artístico musical.Creatividades
Se entiende de manera general y casi espontánea, que la creatividad es una capacidad universal de los seres humanos y que se concreta en la elaboración o construcción de algo novedoso o al menos original. Bien puede ser una idea, una imagen, una canción, una historia, hasta el descubrimiento de nuevas relaciones en un sistema o la elaboración de un objeto que suple alguna necesidad. En todo caso estamos hablando de cambios, transformaciones y novedades en el ámbito simbólico de la cultura.
De esta manera todas las creaciones humanas devienen como parte de la tensión entre lo establecido, lo institucional, lo tradicional y la necesidad de suplir, corregir, transformar algún ámbito de la existencia que, para el presente y el futuro, mejorará la supervivencia y la calidad de vida. Visto así la creatividad ha estado ligada a la historia dela humanidad, todas las culturas han creado lenguajes, objetos, técnicas, formas sociales de vida, lenguajes artísticos, maneras de apropiación de la tradición, entre otros. 1
En un sentido amplio, la creatividad está relacionada entonces con la capacidad imaginativa de una persona situada en una cultura que la cobija, pero también muy relacionada con la inventiva, el descubrimiento de algo, la solución de algún problema, en este aspecto tiende a asimilarse con la inteligencia. 2 Hoy es entendida como una capacidad humana que se asocia con operaciones mentales, respuestas corporales y disposiciones culturales que emergen con un propósito.
A lo largo de la historia occidental el acto creativo había sido visto como un momento mágico de iluminación de inspiración, con lo cual, siempre se dimensionó de manera muy unívoca que la creación dependía casi de los dotes especiales de ciertas personas. Este entendimiento centró la observación en las mentes de los sujetos considerados talentosos, genios, creativos, sin tomar en cuenta los contextos donde estos sujetos aportaron la novedad ni la situación histórica particular que permitieron la emergencia de los aportes en un campo específico. 3
Como estamos en el campo de lo simbólico, cada idea o proyecto novedoso que enriquece la cultura debe además de mostrar el efecto encontrado, ser expresado de manera comprensible para otros. Estando de acuerdo con lo anterior, podemos afirmar que la creatividad requiere de un contexto que la facilite de —uno o unos sujetos que de manera sensible estén afectados, comproetidos o al menos interesados— y un espacio de socialización y validación de las aportaciones.
Con esta introducción queremos dejar claro que la creación no es una actividad meramente del campo del arte y de los artistas y en que en todos los campos y dominios surgen siempre ideas que contrarían o transforman los entendimientos anteriores. De otra parte, que además de las ideas brillantes de los sujetos creativos, son imprescindibles los ambientes y las situaciones concretas que las acunan.
Entendimientos y definiciones
Revisando los estudios al respecto podemos afirmar que la creatividad es entendida como una disposición, una aptitud, una capacidad asociada a los procesos de pensamiento, imaginación e innovación del ser humano en todas sus edades. El vocablo es de reciente incorporación como concepto, solo hasta 1970 aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
La definición de diccionario sobre creatividad es “la facultad de crear” a su vez la definición de crear es: que deviene del vocablo latino creare que significaba ‘producir de la nada’ engendrar, procrear. La figura análoga en Platón era la del demiurgo ‘arquitecto del mundo’. En la antigüedad la figura del poeta era la del fabricante de mundos nuevos (Marín, 2010).
La mayoría de autores coinciden en que se trata de un constructo multifacético y complejo en el que intervienen dimensiones personales de naturaleza cognitiva, socioemocional y de variables contextuales. En un sentido cotidiano y pragmático se puede pensar como la capacidad de responder a estímulos y situaciones no previstas permitiéndose la libertad de opciones incluso yendo más allá de las lógicas establecidas.
Es también compartido por varios estudiosos del tema como Gardner; Csíkszentmihályi, el carácter procesual y colectivo de la creatividad, donde se ponen en juego para nuestro interés el dominio artístico y la dimensión estética. De hecho, hoy en día se habla, por ejemplo, para el caso del teatro como práctica artística de la “creación colectiva” como una metodología de la creación de la obra o de la puesta en escena. También se oyen mencionar las escrituras colaborativas como formas comunales de construir ideas, reflexiones, narraciones, proyectos entre otras.
Sin embargo, es prudente aclarar desde estas teorías de la creatividad que una persona no puede ser creativa en un campo en el que no ha sido iniciado, dado que la creatividad requiere el manejo de los códigos y reglas del campo en el que se quiere ser creativo. Aunque la creatividad sea considerada una capacidad universal de los seres humanos, no es suficiente con la herencia genética que nos habilita vivenciar y explorar los diversos campos y dimensiones de la vida, se requiere que sea invocada, atraída, estimulada, alimentada, disfrutada, recompensada.
Es interesante traer la analogía de Mihaly Csíkszentmihályi, cuando dice que “la creatividad es el equivalente cultural del proceso de cambios genéticos que dan como resultado la evolución biológica, proceso en el que, por debajo del umbral de conciencia, tienen lugar variaciones fortuitas en la química de nuestros cromosomas” (Csíkszentmihályi, p. 21). Resulta en este sentido oportuno precisar, que en los procesos culturales no hay mecanismos equivalentes a los biológicos. Por tanto las transformaciones o cambios culturales no se transmiten cromosómicamente sino que requieren de dispositivos culturales y mecanismos educativos para que cada miembro nuevo de la comunidad aprenda e incorpore la información básica que le permita acceder a la cultura que construyeron los que le antecedieron. Estamos hablando del lenguaje, las tradiciones, los modos de higiene, la alimentación, los oficios de la casa, los cantos de cuna, de festejo entre otros.
n estas teorías está claro que la creatividad no resulta de la nada, sino de las oportunidades que han tenido los miembros de la comunidad para acceder a la educación a los bienes culturales, a la recreación, al deporte. Es esta carga cultural y los niveles de profundización en algún dominio particular, los ingredientes que potencian la posibilidad de que la creatividad se asome a nuestras expectativas. En esta vía argumentativa, insiste Gardner, en que el asunto de la creatividad no es un tema meramente de la persona creativa sino del papel comunitario para la valoración y tramitación de la novedad. Torres (2003) afirma que “la creatividad es un fenómeno que se mueve entre los atributos personales y las exigencias sociales” (Torres, 2003, citado por Marín).
Estas consideraciones y entendimientos sobre la creatividad sugieren repensar las visiones y concepciones que se manejan en la escuela para intentar darle profundidad y enfoque a la creación como una resultante importante en las prácticas pedagógicas que se suceden en los espacios educativos. No es suficiente entonces darle un papel y unos colores a un niño para que pinte o permitirle tocar algunos instrumentos musicales y suponer que el resultante de la actividad queda enmarcado en un hacer creativo. Muchas de estas actividades exploratorias de sensibilización con algún lenguaje artístico resultarían desde estas teorías como respuestas inteligentes en relación con un interés imaginativo, y faltarían procesos de dominio del lenguaje para ser presentadas como actos creativos.
Antes de comenzar la explorar las características de la creatividad en el campo de la arte y en la dimensión estética considero oportuno traer algunas de las definiciones sobre la creatividad que han elaborado los estudiosos del tema a fin de contrastar la riqueza de entendimientos sobre el tema y por supuesto argumentar con mayor rigor el valor de la creación artística como referente indiscutible de la calidad de las prácticas artísticas en los espacios escolares y en particular en las experiencias pedagógicas con niños y jóvenes.
Para este ejercicio retomamos de María Teresa Esquivias, un cuadro que elaboró en un escrito sobre creatividad y que fue publicado en una revista digital de la UNAM (México) donde recoge definiciones y aportaciones de los autores que han sido sobresalientes en el estudio de este particular tema. He traído para esta revisión las definiciones que más he considerado aportantes y contrastantes para la reflexión en el interés de construir un entendimiento que nos ayude a ampliar el concepto en términos de potenciar la imaginación y la creación en los niños en el marco del programa de investigación propuesto.
- (Guilford, 1952) “la creatividad en sentido limitado se refiere a las aptitudes que son característica
- Osborn 1953) “aptitud para representar, prever y producir ideas. Conversión de elementos conocidos en algo nuevo, gracias a una imaginación poderosa”.
- (Mac Kinnon, 1960) “la creatividad responde a la capacidad de actualización de las potencialidades creadoras del individuo a través de patrones únicos y originales”.
- (Freud, 1963) “la creatividad se origina en un conflicto inconsciente. La energía creativa es vista como una derivación de la sexualidad infantil sublimada, y que la expresión creativa resulta de la reducción de la tensión”.
- (Piaget, 1964) “la creatividad constituye la forma final del juego simbólico de los niños, cuando este es asimilado en su pensamiento”
- (Guilford, 1971) “capacidad o aptitud para generar alternativas a partir de una información dada poniendo el énfasis en la variedad y cantidad y relevancia de los resultados”.
- (Dudek, 1974) “la creatividad en los niños, definida como apertura y espontaneidad, parece ser una actitud (respuesta comportamental emotiva) o rasgo de la personalidad más que una aptitud”.
- (Torrance, 1976) “la creatividad es el proceso de ser sensible a los problemas las dificultades…de resumir información…de hacer suposiciones o formular hipótesis y finalmente ser capaz de comunicar los resultados”.
- (Pesut, 1990) “el pensamiento creativo puede ser definido como un proceso metacognitivo de autorregulación, en el sentido de la habilidad humana para modificar voluntariamente su actividad psicológica propia y su conducta o proceso de automonitoreo”.
- (Pereira, 1997) “Ser creador no es un acto concreto en un momento determinado, sino un continuo ´estar siendo creador’ de la propia existencia en respuesta original… Es esa capacidad de gestionar la propia existencia tomar decisiones que vienen de dentro, quizás ayudadas de estímulos externos, de ahí su originalidad”.
- (Togno, 1999) “Es la facultad (capacidad intuitiva e intelectiva) humana de observar y conocer un sinfín de hechos dispersos y relacionados generalizándolos por analogía y luego sintetizarlos en una ley (nuevo constructo), es también hacer los mismo de una diferente manera”.
- (De la Torre, 1999) “Si definir es rodear un campo de ideas sobre una valla de palabras, creatividad sería como un océano de ideas desbordado por un continente de palabras.
- (Gardner, 1999) “la creatividad no es una especie de fluido que pueda manar en cualquier dirección. La vida de la mente se divide en diferentes regiones, que yo denomino ‘inteligencias’ como la matemática el lenguaje o la música. Y una determinada persona puede ser muy original e inventiva, incluso iconoclasticamente imaginativa, en una de esas áreas sin ser particularmente creativa en ninguna de las demás”.
- (Goleman Kaufman y Ray, 2000) “…contacto con el espíritu creativo, esa musa esquiva de las buenas —y a veces geniales— ideas”.
- (Matisse) “Crear es expresar lo que se tiene dentro de sí”.
Intentando dar cabida a las definiciones y con el fin de ubicar sus aportaciones, sugiero agruparlas en cinco maneras de subrayar distintos aspectos centrales de la creatividad.
- Las que parten de considerar la creatividad como una capacidad, una aptitud, en este sentido estamos refiriéndonos a la idoneidad que dispone una persona para realizar alguna cosa de manera satisfactoria. Podemos inferir entonces que son características potenciales y comunes a cualquier ser humano en tanto nacemos con ellas y nos permiten distintas posibilidades de acción de acuerdo con los códigos y reglas que heredamos de la cultura en la cual nos desenvolvemos.
- Las que asumen la creatividad como un proceso que involucra la sensibilidad y la capacidad de respuesta para modificar voluntariamente situaciones o instalar resoluciones a problemas particulares de acuerdo con las presiones sociales del contexto.
- Las que refuerzan la ida de la creatividad como una actitud, esto es, la voluntad y la disposición, subrayando la idea de darle valor a las respuestas comportamental y emotiva resultante en relación a los estímulos externos. En este sentido, Dudek refuerza más las posibilidades de respuesta en relación con la personalidad y los sentimientos.
- Las que acogen los postulados del psicoanálisis que sugieren entender la creatividad como energía (producida por un conflicto), como pulsión del inconsciente, para exteriorizar las cosas más profundas del sujeto procurando placer y un estado de catarsis de donde surgen los efectos mágicos de la creación que convierten lo intolerable en hermoso y los angustioso en placentero.
- Las que distancian la idea de la inteligencia de la creatividad, sugiriendo que la creatividad es la resultante de procesos de pensamiento divergente, lateral, donde se rebasan las posibilidades lógicas lineales y secuenciales de respuesta.
De otra parte pueden resultar interesante las ideas y conceptos que se han utilizado para la elaboración de pruebas que miden la creatividad básicamente en su dimensión cognitiva y ver como miden y elaboran teorías, acerca de las probables respuestas de los sujetos en cuestión, dado que quizás muchas también aplican para indagar los asomos de creatividad en las respuestas que esperamos cuando sugerimos o evocamos una imagen o idea inicial que requiere ser completada.
Estas pruebas de creatividad buscan adivinar causas, plantear preguntas, predecir consecuencias, construir imágenes y completar. El famoso psicólogo estadounidense, Ellis Paul Torrance, desarrollo un test que consiste en una batería de pruebas verbales (hacer suposiciones de situaciones improbables) y figurativas (ideación de figuras e imágenes a partir de una figura curva o de líneas).
En este sentido, puede ayudar a una mayor compresión sobre el campo de la creación artística el traer también las acciones involucradas en las pruebas que han diseñado los estudiosos del tema. Por ejemplo, Yamamoto (1963), sugiere unas acciones concretas, como la invención de historias con niños y niñas de 11 años y una serie de criterios para la evaluación de la creatividad. Resulta al menos sugerente revisar los adjetivos que califican las acciones propuestas, tales como: pintoresco, vigoroso, picante, implicación personal, soluciones o desenlaces originales, elementos sorpresa, originalidad de la intriga o situación, humor, invención de palabras o de nombres, astucia de estilo o contenido.
Leyendo por encima las aportaciones de estas dos experiencias sobre la elaboración de pruebas que intentan indagar la creatividad, intuimos que el asunto es mucho más complejo en su definición y por su puesto en su explicitación dadas las contradicciones evidentes entre construir estándares o medidas y valorar o evidenciar particularidades, por lo tanto, siempre quedan en duda la pertinencia de construir pruebas y desarrollar mediciones que intenten auscultar las acciones creativas.
El interés de esta breve aproximación es trascender la idea generalizada de, que la creatividad en el ámbito musical está ubicada en la práctica compositiva o la composición musical, es decir, en el dominio de unos códigos aportados por la tradición o reglados por la disciplina. Es claro que componer una canción o un verso tiene un alto ingrediente de creatividad pero reducirla solo a estas prácticas, resulta cuando menos empobrecedor y reductor de las inmensas posibilidades creativas de las diversas prácticas que se dan en el campo de lo musical como son: la interpretación de un instrumento musical o el canto, la construcción de objetos con propósitos sonoros, la escucha musical, la incorporación de la tradición oral con interés furtivo, las analogías probables entre sonidos palabras e imágenes, las versiones particulares de una improvisación o un juego musical entre otras. El interés es desatar el ingenio, avivar la chispa, sacar y potenciar la malicia —como se dice en ambientes coloquiales— fortaleciendo la experiencia creativa como condición vital de la vivencia pedagógico musical en el aula de clase de manera que no solo basta enfatizar los procesos perceptivos y las formas de expresión sino que también se constituye la creación como un aspecto sine qua non de las prácticas artístico-musicales.
La creación artística
También, podemos rastrear como se ha entendido y conceptualizado el proceso creativo en el ámbito del arte y ver como aplican las definiciones que hemos presentado cuando nos referimos a la creatividad en un ámbito ya no tan plural.
En este sentido, el arte también constituye parte de la trama social del campo simbólico de la cultura. Esto es, una práctica cultural que se define en el marco de una necesidad de expresión del sentir y/o de la elaboración de mundos imaginarios con diversos medios y lenguajes. Una práctica que surge desde el campo de lo sensible, lo intuitivo pero que lucha por transitar deseosa en los laberintos y/o bifurcaciones de lo estético. Esto es la capacidad de construir universos de sentido no literales que puedan ser compartidos por otros.
Esta capacidad está asociada a la fuerza interior del creador y a su conexión o desconexión emocional, mental, física y espiritual en relación con las múltiples explicaciones e ideas sobre la vida y la muerte. Esta energía es la resultante de los valores y creencias que desarrolla una cultura en el marco de su evolución histórica. En el mundo occidental el arte está muy relacionado con el dominio de las formas que constituyen cada uno de los lenguajes considerados artísticos y su relación con los preceptos religiosos sobre lo bueno y lo malo, lo divino y lo pecaminoso, lo noble y lo vulgar, lo refinado y lo burdo, lo complejo y lo simple.
Ya habíamos comentado, desde la perspectiva histórica del arte occidental, las funciones que asignaron los filósofos griegos Platón y Aristóteles al papel del arte, —como catalizador espiritual o purificador de las pasiones mundanas—, esto para insistir en el entendimiento sobre el importante valor de las artes en la construcción del tejido social y de las dinámicas culturales, en tanto, aspectos esenciales al desarrollo de cualquier pueblo comunidad o colectivo. De manera que la creación artística como necesidad expresiva individual y colectiva está más allá de la representación, la vivencia, la experiencia, en tanto dimensión sensible del acontecer humano que hace posible el ámbito de lo estético donde aparece de manera fantástica le capacidad de conmover, sacralizar, criticar, burlar, venerar, proscribir, trascendiendo el umbral positivo del encuadre epistemológico de la práctica artística, la descripción cualitativa del objeto resultante y los procedimientos técnicos de su factura.
Quizás, sea oportuno citar una primera aproximación a la definición de la creación más cercana al ámbito artístico que recoge el esbozo de lo mencionado hasta ahora:
El espacio imaginario, el crear, como forma de comunicar siempre involucra lo más profundo del ser humano. La capacidad de gestar y partir de símbolos, el echar a volar imágenes, el crear y recrear espacios de fábula y a la vez sentirse dueño de tanta creación, le permite al hombre desenterrar y hacer germinar la riqueza interior tan profunda, como solamente lo puede hacer aquel que se aventura a adentrarse en el mágico juego de lo imaginario (Brites de Vila y Muller,1990, p. 6, citado por Ivana Pares).
Esta síntesis que retoma Ivana Pares, resulta muy sugerente para intentar definir, describir, referenciar la complejidad que debería recorrer cualquier proyecto educativo o cultural que involucre la creación y la producción de aspectos novedosos y genuinos en cualquier ámbito de la vida. De allí que para el campo del arte el asunto de la creación resulta mucho más involucrado en tanto que podríamos decir que una forma particular de imitación puede resultar como la semilla o elgermen de una idea o imagen no percibida antes. El valor de esta novedad no siempre requiere el tamiz del campo, en tanto que, de lo que se trata es de fomentar una actitud de reinterpretación permanente del mundo desde el sentir de la fuerza expresiva interior.
Invocamos la magia, el misterio que trae esa fuerza interior capaz de crear, recuperando ese valor antiguo de la creación relacionada con aparición de la vida, de la naturaleza, ese acontecimiento que deviene como una fuerza sobrehumana una pulsión que desborda cualquier explicación.
Como en una tempestad, la naturaleza creadora reúne a veces en un solo hombre todas sus múltiples fuerzas en forma dramática para un breve juego heroico para que el mundo, estremecido, comprenda todas sus posibilidades (Sweig, 1941, p. 16).
De otra parte, también resulta convergente e interesante la manera como se van haciendo evidentes los temas reiterativos en las entrevistas que hace Ivana Pares a los artistas, en donde uno de los aspectos que enfatiza, tiene que ver con el valor de las experiencias y vivencias familiares o educativas que sucedieron en la época de la infancia y el peso de estas en la elección personal de la actividad profesional de cada uno de los entrevistados. También trae, a propósito del tema, el peso e importancia en sus diversas prácticas profesionales en el campo de arte, el aspecto creativo, en tanto permite profundizar en un dominio, desarrollar la fantasía y de poner a volar la imaginación. 4
La argumentación transita de modo que intentamos mostrar como el uso instrumental y positivo de la actividad creadora en el campo de lo artístico en los espacios escolares y formativos de niños y jóvenes, se ha enmarcado casi meramente en el uso e incorporación de las diferentes técnicas o modos de hacer que legitima el docente de acuerdo con sus particulares gustos o con los lineamientos ideológicos y morales de la institución. Así la imitación y algunos juegos de reconocimiento de melodías y ritmos resultan ser los aspectos más creativos de la actividad musical.
También insistimos en que la actividad creadora en el campo artístico no solo esta referenciada a producción de las obras llamadas “grandes obrasmaestras de la humanidad”. Aquí la creación es más una actitud, decíamos, en tanto se convierta en una actividad permanente que posibilite fortalecer el acumulado de experiencias estéticas con las cuales se pueda ir (re)construyendo maneras particulares de sentir, imaginar y pensar el sonorama y los sentidos que emergen con la magia.
Este proceso imaginativo requiere de modo más intencional, un ambiente que propicie la experimentación que juegue con el riesgo, que desvanezca la idea del tiempo de la clase para pensar en el ritmo del aprendizaje, concitando espacios de ensoñación, de rienda suelta a lo sonoro-corporal aunque no siempre tenga una precisa intención o la espera de un resultado positivo. La paciencia y la minuciosidad suelen ayudar a la creación de algo maravilloso, extraordinario. Es como intentar transitar desde lo efímero de la cotidiana práctica musical a la magistral versión de alguna narrativa sonora.
La fórmula verdadera de la creación artística no es, pues, inspiración o trabajo, sino inspiración más trabajo, exaltación más paciencia, deleite creador más tormento creador (Zweig, 1941, p. 9).
Invocamos en esta cualificación de lo creativo el esfuerzo por comprender antes que juzgar, por entender antes que calificar. La velocidad e intensidad de las acciones del maestro en la clase, casi nunca le permiten detenerse a valorar las diferentes respuestas de los niños y niñas que desde lo individual van transformando su conocimiento del mundo.
Deberíamos esforzarnos también por comprender con toda nuestra fuerza espiritual cómo pudo ese milagro divino lograrse por un ser humano. Pues la máxima virtud del espíritu humano consiste en procurar hacerse comprensible a sí mismo lo que en un principio le parece incomprensible (Zweig, p. 2).
Entre el asombro y la fascinación
El esfuerzo de conceptualización de la creación artística nos lleva a la presentación de los escenarios teóricos de debate en donde esta práctica está relacionada estrechamente con la poiesis, 5 es decir la creación separada de la producción, poniendo en evidencia la reflexión que se ha desarrollado desde la antigüedad occidental, sobre una experiencia sensible que transita por la emoción y la sensación.
Al respecto Iliana Hernández, 6 en una sugerente indagación sobre la creación artística y el aporte de los desarrollos tecnológicos, llama la atención sobre la pérdida de capacidad de asombro. Esto referido a la manera como se ha ido organizando el espacio urbano en tanto que territorio impersonal, repetitivo, desprovisto de cargas simbólicas y afectivas que produzcan sentido y pertenencia. Menciona en este sentido el valor de la creación artística como potencia que implica la pulsión y el deseo, en la ruptura sensible y conceptual del mundo que nos antecede.
Un trabajo relevante en arquitectura necesariamente hace una ruptura con su tiempo, intentando producir un mundo posible entre la poiesis y la abstracción, la tecnología y la estética; el lugar para el mantenimiento de la tensión emocional ante sus formas y la capacidad de albergar, recibir, esperar y despertar un interés, que implique lo que Charles Pierce llamaba la ética de lo admirable (Hernández, p. 3).
De acuerdo con Hernández, que el campo de la creación artística no solo está referido a los objetos expuestos en galerías, museos, teatros y demás escenarios de la institución “arte”, sino que tiene que ver con “las manifestaciones sensibles en los barrios populares realizadas por habitantes de la zonas periféricas y céntricas cuya expresión surge de una cotidianidad sencilla activa espontánea sorpresiva que arma tejido social” (Hernández, p. 3).
La espectacularización del mundo hace posible que hoy tengamos como valor de realidad la información y los mensajes adquiridos desde el contacto con los medios tecnológicos y las experiencias derivadas de su relación, creando una difusa barrera entre la realidad y la producción ficcional de la misma. En este sentido la creación artística de imágenes y mensajes participa de esta desabordada y absurda proliferación de contenidos que ponen entre comillas las definiciones canónicas de lo artístico lo estético, lo comercial y lo industrial, en tanto muchas de ellas aparecen en los nuevos formatos mixturadas, imbricadas, fundidas, camufladas y rápidamente reemplazadas por las demandas comerciales mas no así por las necesidades del común. En esta debacle cultural y como parte de la alteridad del sistema emergen las vanguardias artísticas que junto con las prácticas culturales periféricas no institucionales resisten y denuncian en tanto han sido discriminadas y desacreditadas por la institucionalidad del arte.
¿Cómo entonces entender el valor de la creación artística dentro de las contingencias del mundo contemporáneo? Al respecto, Hernández pone de presente como la creación desde el ámbito de lo artístico resulta como energía, como fuerza, como pulsión que transfigura y tramita múltiples maneras de habitar de existir, dislocando los esencialismos y los binarismos que han marcado la ruta de la discusión entre modernidad y tradición, entre identidad y progreso. Retrotrae los entendimientos sobrelos que filósofos pedagogos y culturalistas se han apropiado para revalorizar y devolverle una perspectiva humanista a las prácticas artísticas.
La poiesis hace posible la convergencia entre la sensibilidad y la técnica (hoy día tecnología), uniendo elementos que además de implicar una calidad en el campo de las sensaciones, posibilitan una ampliación de la cognición; signando así las obras más audaces, en las que además se produce conocimiento que amplía las fronteras. La relación entre la poiesis y la hybris o radicalidad de los iniciadores; esta permite que la creación artística se encuentre con los actos inaugurales, con la producción de mundos posibles, de emergencia de ideas que conjuran el tiempo y avizoran paradojas o posibilidades, permitiendo que habitemos entornos hasta ahora considerados imposibles, se trata de visibilidades del mundo que aparecen (Hernández, p. 9).
He considerado oportuno traer esta discusión debates teóricos —un tanto del ámbito filosófico— ya que nos ayudan a comprender el profundo valor de la creación como actividad esencialmente humana, trascendiendo los lugares comunes y las analogías en el sentido de no asimilar de la misma manera las causas, los procesos y los resultados. Es decir, el modelo consumista que convirtió la producción artística en mercancía a sobredimensionado el “objeto artístico” puesto en la vitrina sobre el tejido social del proceso creativo y la intención espiritual. Por eso la idea de pensar la poiesis como esa actividad libertaria que desborda la “téchne” —entendida esta como la disposición racional apropiada para la producción—, amplía la comprensión del hacer, del fabricar, del construir, del tejer, redimensionando las prácticas artísticas desde lo pedagógico y lo educativo (Librada, 2013).
En síntesis, este esquemático recorrido por algunas de las ideas que nos posibilitan reconocer la creación artística como algo más que la producción de un objeto o idea novedosa, resulta muy conveniente para el programa de investigación en tanto devela muchos aspectos poco tenidos en cuenta por los docentes en la actividad escolar. En un primer acercamiento aparecen la investigación y la imaginación como dos aspectos centrales de la creación artística, pero luego fuimos viendo que no solo es vital la condición subjetiva del creador sino las relaciones con otros, la intuición y el sentimiento pero también el pensamiento y la corporalidad, siempre motivando preguntas y respuestas que jueguen entren los dominios y la ensoñación, transitando entre la cotidianidad y la espiritualidad, entre el asombro y la fascinación.
La invitación es a que revisando estos conceptos podamos entonces asumir la creatividad como aspecto esencial del accionar humano y vital de las prácticas artísticas, reconociendo que cada uno de nosotros tiene rasgos, experiencias y pre-disposiciones culturales y genéticas que nos hacen siempre más sensibles a ciertas dimensiones de la realidad que otras, y que por lo tanto, la experiencia artística no puede estar solamente regulada por las competencias y niveles de desempeño, sino que se requiere ambientes propicios, afectos profesados y la decida apuesta a permitir la energía de lo individual y la magia de lo colectivo, evitando que la técnica traicione el develamiento, el misterio de lo que está por suceder.
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