DOI:
https://doi.org/10.14483/22486798.478Publicado:
30-11-2006Número:
Vol. 12 Núm. 1 (2007): Análisis del discurso mediáticoSección:
Reporte de caso educativo en el campo del lenguajeAnálisis del discurso periodístico
Palabras clave:
Journalistic discourse, enunciative scene, reported speech, metaphor and modality in journalistic discourse, Cuba-US relations between 1906-1921. (en).Palabras clave:
Discurso periodístico, escena enunciativa, discurso citado y metáfora en el discurso periodístico, relaciones Cuba y Estados Unidos de 1906 a 1921. (es).Descargas
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Reporte de caso
Enunciación, 2007-08-00 nro:12 pág:42-50
Análisis del discurso periodístico
Irene Fonte Zarabozo
Universidad Autónoma Metropolitana-iztapalapa, México. Doctora en Lingüística Hispánica por El Colegio de México y profesor-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (campus Iztapalapa) de México.
Resumen
En este artículo expongo un método de análisis del discurso periodístico a partir de una investigación realizada sobre prensa cubana de carácter histórico (principios del siglo XX), que se proponía indagar en los procesos discursivos e ideológicos en torno a la conflictiva formación de la República. La metodología se basa en una concepción del discurso noticioso como lugar de habla de los actores políticos de una situación dada. Señalo también algunos fenómenos lingüísticos que se mostraron relevantes en la constitución de importantes líneas de sentido a lo largo del corpus estudiado.
PALABRAS CLAVE
Discurso periodístico, escena enunciativa, discurso citado y metáfora en el discurso periodístico, relaciones Cuba y Estados Unidos de 1906 a 1921.
Abstract
In this article I present a method of analysis of journalistic discourse based on historical research about Cuban newspapers of the begining of the 20th century. Such research was aimed originally at examining the discursive and ideological processes surrounding the difficult formation of the Cuban Republic. The methodology that I present here is based on the idea of news discourse as the enunciative scene for the political actors in certain situations. I also analyze instantes of linguistic phenomena that prove to be relevant for the creation of lines of meaning throughout the examined corpus.
KEY WORDS
Journalistic discourse, enunciative scene, reported speech, metaphor and modality in journalistic discourse, Cuba-US relations between 1906-1921.
Introducción
Cuba se constituyó como República en 1902, pero no se puede decir que con carácter de completa soberanía. La República, aunque fue precedida por largos años de lucha de los cubanos, resultó al fin una concesión de Estados Unidos, después de que esta nación gobernó a Cuba durante cuatro años (1898-1902), a consecuencia de la guerra hispano-cubano-norteamericana (1895-1898). La nueva República tuvo que establecer en su Constitución el derecho de Estados Unidos a intervenir militar y políticamente en caso de inestabilidad del país[2].
Es fácil imaginar el carácter problemático y contradictorio de la emergente nación, y lo difícil que fue el ejercicio de la política interna. Estos antecedentes me motivaron a investigar la representación ideológica y discursiva de Cuba como nación en estos primeros años. Una premisa inicial fue que el lenguaje de la prensa resultaría idóneo para mostrar la compleja escena política de la nación cubana en la crisis de identidad de sus inicios y también los procesos de índole discursiva que subyacían las representaciones de Cuba como nación (contando, desde luego, con un conjunto adecuado de textos).
El corpus de estudio comprendió 139 textos de los géneros de noticia y de opinión, procedentes de dos importantes periódicos de la época: Diario de la Marina y La Lucha. El Diario de la Marina, de orientación conservadora, representaba los intereses de la numerosa e influyente colonia española. Fue el primer periódico fundado en Cuba, por lo que ostentaba el sobrenombre de "decano de la prensa". La Lucha, también fundado en tiempos coloniales, fue en cambio de tendencia más liberal; propugnó primeramente la autonomía de la isla y apoyó después su independencia.
El criterio de constitución del corpus se basó en la premisa de que la soberanía restringida de Cuba era el aspecto más conflictivo en la representación de la nación. Por eso seleccionamos tres coyunturas históricas que tuvieron como característica común significar una gran amenaza de intervención estadounidense: las graves crisis políticas de Cuba en 1906, 1917 y 1921. En la primera de estas fechas sí se produjo una intervención político-militar de Estados Unidos. Como. puede verse, el corpus de estudio cubre un período de quince años.
En 1906, Tomás Estrada Palma, primer presidente de Cuba, había logrado su reelección de modo fraudulento, lo que motivó la sublevación de los liberales opositores .en varios lugares del país. Estrada Palma no contaba con fuerzas suficientes para vencer la insurrección, por lo que pidió ayuda al presidente estadounidense Theodore Roosevelt. Sin embargo, a éste no le convenía una intervención directa en Cuba en aquellos momentos. Envió a Cuba una comisión mediadora para tratar de solucionar el conflicto, pero entre otras cosas la intransigencia del presidente cubano para negociar con los sublevados impidió un arreglo. Estados Unidos decretó una intervención político-militar que se prolongó por más de dos años.
Una situación similar se produjo en 1917, cuando los liberales volvieron a sublevarse, inconformes con la reelección de otro presidente conservador, Mario García Menocal. Esta vez Estados Unidos (a punto de entrar en la conflagración mundial) apoyó públicamente al gobierno cubano y condenó el levantamiento. La rebelión fue controlada y disuelta internamente por fuerzas del gobierno cubano.
La tercera coyuntura histórica estudiada fue la de 1921, una grave crisis política y financiera ocasionada por la brusca caída de los precios del azúcar después del alza de la Primera Guerra Mundial. Estados Unidos envió a Cuba al general Crowder, alto funcionario militar, como mediador y representante. Su misión oficial era promover negociaciones y acuerdos para resolver la crisis, pero al mismo tiempo tenía la facultad de recomendar una intervención político-militar. El general Crowder permaneció dos meses en Cuba, tiempo en el que instrumentó varias medidas de orden político y financiero para sortear la crisis.
Método de análisis
El método de análisis descansa en una concepción del discurso noticioso como lugar de habla de los actores políticos de una situación dada[4]. Los enunciadores citados por el periódico forman una escena enunciativa que muestra aspectos constitutivos de una coyuntura histórico-política particular. Los periódicos construyen este escenario activamente, seleccionando a quién citar, así, como qué y cuánto referir de lo dicho por alguien. La escena enunciativa suele ser particularmente dinámica y variada en los casos de conflictos y crisis políticas como las que aquí estudiamos[5]. De este modo, estudio el discurso de todos los hablantes citados o referidos por los periódicos en cada coyuntura.
Distingo tres formas principales de discurso citado en la prensa: directo, indirecto y narrado. Estas formas "narradas" tienden a resumir el acto verbal en casos como "el presidente designó a X Ministro de Hacienda"[6] . El estudio realiza do confirma la aseveración de Bajtin/Voloshinov (1977) en el sentido de que a mayor autoridad atribuida a un hablante, mayor será también la tendencia a reproducir sus palabras textualmente en forma de discurso directo. De este modo, las distintas formas de citación del discurso no se dan sólo como una función informativa del periódico, sino que permiten la construcción de la figura del enunciador según fines político-ideológicos. Por otra parte, el locutor (en este caso el periódico que cita) construye también la figura del enunciador en el discurso que introduce y enmarca la citación.
El conteo y clasificación del discurso citado muestra la prominencia relativa de los enunciadores, tanto individualmente como por grupos: quiénes hablan más, en cuáles formas de discurso y cómo son construidos como enunciadores por el periódico-locutor. Se trata de un análisis global del comportamiento discursivo de los enunciadores que forman la escena enunciativa. Después es necesario, desde luego, el análisis de lo que dicen y cómo lo dicen. En las unidades textuales del discurso citado se realiza un segundo nivel de análisis: el propiamente lingüístico dé los textos, que considera la estructura gramatical y léxica del enunciado, así como sus aspectos pragmático-discursivos.
Dado el carácter histórico de la investigación, el método analítico requiere un conocimiento lo más pormenorizado posible del acontecer histórico, desde el punto de vista socioeconómi co y político, que incluya un perfil de los actores de la noticia, sus intereses, comportamientos y objetivos. Como sabemos, el discurso noticioso, escrito para el consumo inmediato, da por conocidos muchos antecedentes y características de la situación y de las personas involucradas. El contexto histórico debe ser recuperado por el analista casi siempre en la literatura historiográfica.
Resultados generales
Los datos permitieron delimitar tres grupos principales de enunciadores: 1) el gobierno estadounidense, 2) el gobierno cubano y 3) la oposición y otros hablantes. Entre estos "otros" consideré también a los periódicos. Resultaron una clase especial de enunciadores, en la medida en que el locutor periodístico (que suele ser, pero no siempre, abstracto, colectivo y anónimo) personalizaba su discurso, autocitándose y convirtiéndose en otro enunciador más entre el concierto de voces referidas.
El análisis global del comportamiento discursivo de los distintos grupos de enunciadores en cada una de las tres coyunturas históricas configuró un mapa de su actuación en la lucha política. Los resultados trazan un movimiento de poder que se acentúa en cada coyuntura en una diferente posición estructural política y discursiva. Este movimiento se puede esquematizar de la siguiente manera:
En 1906, las voces del gobierno estadounidense dominaron la escena enunciativa. Encontramos el único caso en el corpus de una carta del presidente de Estados Unidos dirigida al pueblo cubano, donde Roosevelt construía una versión de la nación cubana en estrecha dependencia de Estados Unidos. Algunos tópicos importantes del discurso de Roosevelt se encuentran también en otros enunciadores estadounidenses (y pasarán asimismo al discurso de los cubanos); por ejemplo, el que la independencia de Cuba se debió a Estados Unidos; el que los cubanos eran incapaces para el gobierno propio, y el que la paz civil y política era necesaria para evitar una intervención de Estados Unidos, como se ve en el fragmento siguiente:
En esta crisis de la República de Cuba, escribo á usted, no sólo por el hecho de su representación oficial como ministro de dicha nación, sino también teniendo presentes los lazos íntimos que hubieron de ligamos cuando, por motivo de la intervención americana, surgió su patr ia como país independiente (...).
Nuestra intervención en los asuntos cubanos llegará únicamente si Cuba demuestra que ha caído en el hábito insurreccional y que le falta el propio dominio necesario para el Gobierno independiente y pacífico en el país cuyos bandos contendientes han arrojado en la anarquía. (...) El único medio de mantener la independencia y la República, es impedir que surja la necesidad de la intervención exterior. (...) (Diario de la Marina, 16/09/1906).
En 1917, por el contrario, predominó la voz del presidente cubano, respaldado públicamente por Estados Unidos. En contraste, no aparece discurso directo del presidente estadounidense, quien ocupó una posición discursiva de fondo. En general, se puede ver que los gobernantes cubanos se esforzaban por construir discursivamente la República como independiente, procurando de esta manera su legitimación. El gobierno aprovechaba toda ocasión de manifestar una posición nacionalista y de acusar a la oposición de querer entregar el país a Estados Unidos. El discurso oficial también prohijó el argumento de que el mantenimiento de la paz pública era una necesidad patriótica para evitar la intervención estadounidense y la consiguiente supresión de la República. Aquí residía una de las principales contradicciones del discurso político cubano de la época: Estados Unidos era a veces un aliado y a veces una amenaza: un aliado cuando apoyaba el proyecto de República independiente, pero un enemigo cuando amenazaba con retomar el gobierno de Cuba. La primera parte del ejemplo siguiente cita palabras del senador independiente Sanguily; la segunda se, trata de un comentario del periódico:
Yo veo el presente y el porvenir, y por eso digo que la paz es la necesidad inmediata de la República. Toda tardanza es un peligro. Yo no puedo considerar las voces pequeñas y mezquinas que nazcan de los partidos frente á esta situación tan pavorosa.
Si no se hacen sacrificios de pequeños orgullos y no se apela á los corazones ¡ahí está el futuro dueño!
Cuando vencidos por España -agrega- caíamos, teníamos al menos, la satisfacción inmensa de caer en el regazo de nuestra raza, de nuestra lengua, dentro de nosotros mismos; cuando vencedores, lo éramos por nuestro ideal de redención, de libertad, de República, por la que suspirábamos...
Ahora es diferente: ¡Allí está el futuro dueño! Caigan los sueños rosados más caros del egoísmo personal y político, ¡y desháganse como castillos de naipes en las manos de un niño, antes que volver á ser esclavos! (Diario de la Marina, 16/09/1906)
(...) a estas horas todos deben de estar ya convencidos de que en estas circunstancias una perturbación del orden sería la muerte definitiva de la República (Diario de la Marina, 10/02/1917).
En 1921, el presidente cubano tuvo un bajo perfil discursivo, muestra de una posición políticamente débil ante la llegada de Crowder con su amenazadora misión. El discurso estadounidense en la prensa resultó abundante pero disperso: los enunciadores eran en su mayoría políticos de mediana jerarquía, que hablaban en Washington para los estadounidenses. La prensa construyó la figura del presidente cubano con un significado de resistencia. Fue en esta coyuntura cuando alcanzó mayor relevancia la voz de los "otros", cuya actuación político-discursiva no provenía de una posición de poder. Entre estos, aparece por primera vez la voz de los estudiantes como la oposición más directa y explícita a Estados Unidos en todo el corpus. Construyen nuevos significados sobre la nación cubana en el aspecto más problemático de su existencia: la dominación de Estados Unidos:
Deseamos, por este medio levantar alto, muy alto nuestra voz para gritar con toda la fuerza de que son capaces nuestros pulmones: ¡Somos cubanos; afilamos a Cuba y odiamos toda ingerencia extraña en nuestra patria!
(...) No podemos desear la intromisión yankee, porque sabemos quiénes son: su política de desmembración en Colombia, su política de absorción financiera en Santo Domingo y Haití... Y su política en Cuba desembarcando tropas para satisfacer a unos, haciendo Códigos para satisfacer a o-tros y proponiendo empréstitos para comprar la libertad de la República (La Lucha, 7-01-/1921).
Otros aspectos de carácter lingüístico
En el nivel del análisis lingüístico, ya no propiamente enunciativo, algunos fenómenos generales se mostraron importantes en la construcción de los significados político-ideológicos en debate a lo largo del período estudiado. Dos son de orden semántico: la metáfora y la referencia indirecta, y dos de orden sintáctico: la negación y la modalidad.
La metáfora
La metáfora resultó un recurso muy productivo en el discurso de los actores políticos cubanos en la representación de la nación. La metáfora es también, desde luego, una forma de referencia indirecta; como tal permite reformular situaciones políticas problemáticas (véase, por ejemplo, Chilton e Ilyin 1993). Desde el punto de vista cognitivo, la metáfora explora distintos aspectos de la realidad (Lakoff y Johnson, 1991).
La elaboración metafórica de la República muestra en nuestro corpus un área de conceptualización problemática, donde se concretan valoraciones negativas de la situación nacional. Aparecen como temas recurrentes la desaparición y muerte de la República y la patria, así como su deseada salvación. Los peores pronósticos y evaluación de la realidad nacional, en su relación con Estados Unidos, tendían a ser expresados metafóricamente. Estos consistentes procesos de metaforización, desarrollados a partir de los propios acontecimientos narrados, constituyen como un marco conceptual e ideológico donde se evalúan e interpretan estos acontecimientos.
La metáfora de la desaparición de la patria o de la República puede, por ejemplo, adoptar las formas de la entrega al enemigo y el hundimiento en un abismo. La República es la víctima, y los victimarios son los partidos, el gobierno, los hombres de la política cubana. Generalmente, la causa inmediata de la desaparición de la patria no se atribuye a Estados Unidos. Algunos ejemplos:
(...) Si la intransigencia recíproca de los dos bandos entraña su anulación y muerte de la patria para lo presente, ¿podrá traerles ventajas para lo porvenir?
(...) Ambos se igualaron [los partidos] partiendo por igual la responsabilidad de entregar al extranjero el dominio de su territorio y los destinos de la patria. (Diario de la Marina, 21/09/06).
(...) Recójanse en el silencio á que les invita la tristeza de la patria moribunda y déjenla hablar. (Idem).
La suerte de la República está echada. El puñal del parricida en mano de un grupo exiguo de cubanos de la media docena de hombres que dirigen el Partido Moderado, será enterrado esta tarde en el corazón de la República, que hoy mismo fenece si esos hombres no ahogan sus pasiones y refrenan su egoísmo.(La Lucha, 28/09/06).
Traicionan a Cuba quienes la ponen en trance de muerte. (Diario de la Marina, 16/02/1917).
La referencia indirecta
Las formas indirectas como las alusiones, eufemismos, actos de habla indirectos o formas de cortesía abundan en el discurso político (Chilton y Scháffner, 1997), lo cual se puede relacionar con la construcción positiva del hablante político, para quien"puede resultar más conveniente un ejercicio disimulado del poder. Por otra parte, las formas indirectas de referencia también ocurren en el discurso proveniente de la resistencia y de grupos desprovistos de poder, en este caso más bien como estrategia de protección. La referencia indirecta, como sabemos, permite el tratamiento de tópicos problemáticos.
En el corpus de estudio, los procedimientos lingüísticos de referencia indirecta caracterizan la construcción de la resistencia a la política de Estados Unidos en el discurso cubano. Con frecuencia, ésta se expresaba por medio de una oposición que reafirmaba la identidad nacional, ubicada en un "nosotros" que se oponía al "extraño":
La índole varia de los conflictos que arrastran hacia nuestras costas el buque de guerra en que viene el extraño componedor, dice claramente que todos en ellos pusimos nuestras manos. (Diario de la Marina, 6/01/1921).
Hora es, pues, de deponer ambiciones y hacer que la reflexión serena sustituya los apasionamientos insanos, no sea que el Diablo tire de la manta y haya necesidad de que un extraño venga a arreglar una cuestión que debe y puede arreglarse entre cubanos. (La Lucha, 13/02/1917).
(...) Es creencia general, que cuando se acerque el momento decisivo, cuando (...) la presencia de los grandes acorazados y de los imponentes contingentes de tropas de desembarco den a entender que ha llegado la hora de "verle las orejas al lobo", cada cual pensará en la patria que se va (...). (La Lucha, 21-09/1906).
La negación
La importancia de la negación ha sido señalada por varios estudiosos del discurso (Carbó, 1995; Hodge y Kress, 1993; Lavandera y. Pardo, 1987). La negación puede señalar la ocurrencia de contradicciones en las relaciones interpersonales y en la negociación de significados. Puede expresar la controversia y la agresión, vista como intento de supresión de significados propios o ajenos (Hodge y Kress, 1993).
Uno de los procesos discursivos más interesantes en nuestro estudio resultó la negación de la intervención, fenómeno frecuente en todos los grupos de enunciadores y en los periódicos como locutores. La negación de la intervención es una particular manifestación discursiva de las contradicciones de aquella escena política: La intervención norteamericana, siempre una amenaza posible, se fue convirtiendo en un tabú, ya que implicaba la desaparición total de la precaria independencia y con ella de la clase política cubana. El discurso manifestaría una gran complejidad en el tratamiento del tópico de la intervención.
Para los cubanos, la posibilidad de la intervención tenía que ser negada, en una suerte de conjuro, para poder construir un espacio de actuación política nacional. Para Estados Unidos, la negación de su intervención tenía convenientes resultados políticos, pues desplazaba y evitaba el rechazo de todos los otros actos de injerencia y de dominación. Por otra parte, el peligro debía sentirse como una posibilidad real para que resultara efectivo. La combinación de la amenaza y la negación del peligro era un mecanismo discursivo y psicológico de una gran productividad para el control político. Ejemplos:
NO HAY INTERVENCIÓN
Aún cuando la Secretaría de Marina ha corrido las órdenes para el alistamiento de varios barcos que se unirán a los que están ya en las aguas cubanas, ha manifestado claramente que el gobierno de los Estados Unidos no se propone intervenir en los asuntos que se están desarrollando en dicha isla (...) (Diario de la Marina, 14/09/1906).
NO HABRÁ INTERVENCIÓN AMERICANA EN CUBA (Titular, La Lucha, 14/02/1917).
El Presidente Wilson y su Gabinete no tienen la menor intención de intervenir en Cuba, como consecuencia de los acontecimientos que actualmente se están desarrollando en la Gran Antilla /.../ (Idem).
El Departamento de la Guerra no publicaría ninguna noticia previa de la reunión de tropas si el Gobierno de Washington creyese. Que la intervención era inevitable. No hay hasta ahora, según las noticias auténticas de Cuba, que indiquen que la intervención sea necesaria. Mientras el Presidente Menocal sea dueño de la situación, nosotros no intervendremos. (Diario de la Marina, 24 02/1917).
EL SUB-SECRETARIO DE ESTADO MR. DAVIS DECLARA OFICIALMENTE QUE NO HABRÁ INTERVENCION AMERICANA EN LA REPÚBLICA DE CUBA (Titular, La Lucha, 5-01/1921). NO INTERVENDRÁN EN CUBA
Washingon, Enero 5. El Subsecretario de Estado, Mr. Davis, interrogado por varios periodistas en la noche de ayer, ansiosos de saber a ciencia cierta la verdad acerca de la embajada de Mr. Crowder cerca del Gobierno de Cuba, declaró lo siguiente: "No hay ni habrá intervención por el Gobierno Americano en Cuba". (La Lucha, 5/01/1921).
EL PRESIDENTE WILSON CONFIRMA LA NOTICIA DE QUE MR. CROWDER NO INTERVENDRÁ EN LOS ASUNTOS POLÍTICOS DE NUESTRA REPÚBLICA (Titular, Idem).
La modalidad
La modalidad, considerada de un modo amplio (Halliday, 1974; Hodge y Kress, 1988, 1993), es obligatoria en el discurso en cuanto que todo enunciado está modalizado. Este fenómeno resulta particularmente significativo en su función de construir diversos estatutos de realidad (factual y objetiva, hipotética, del deber ser, del deseo, etc.). En el corpus estudiado, la modalidad opera notoriamente en la construcción de las distintas versiones de la nación.
Si una línea de sentido expresa un sentimiento de desvaloración nacional, otra línea elabora una versión ideal de nación, de carácter positivo. Ésta no se formulaba en un presente factual, sino en una realidad hipotética e ideal del deber ser o del deseo, o anclada en el pasado heroico. Durante el período de 1906 a 1921 en la historia de Cuba, la versión positiva de la nación tenía raíces sólo en el pasado o en un hipotético futuro. En los siguientes ejemplos, la modalidad es notoria en la temporalidad verbal y adverbial, pero también se presenta en la negación:
Si hubo dolor, nunca pudimos clamar contra rigores del destino, y sí contra nuestras imprudencias. Hoy como en otras ocasiones, la herida nos la produciríamos nosotros mismos. Y mañana como hoy, tendríamos que confesar, humillados, quehemos hecho un uso vergonzoso de la sagrada herencia de los libertadores.
(...) Si hemos de ser libres que la libertad no se nos dé como limosna y con cortapisas; procurémosla nosotros mismos por nuestra capacidad y nuestras virtudes. Una sola generación nos separa de los hombres que con su sangre escribieron las nobles enseñanzas del patriotismo. Ellos dieron toda su felicidad y toda su energía por una libertad efímera y a nosotros no se nos exigen más que buena fe y templanza para el disfrute de una libertad fecunda e ilimitada. (Diario de la Marina, 601/1921).
Algunas consideraciones finales
El método de análisis expuesto constituye un camino entre otros posibles. En general, las preguntas de investigación y el material discursivo elegido suelen constituir guías y restricciones en la metodología adoptada. Cuando ésta es adecuada tanto al corpus como a los objetivos de la investigación, los resultados se mostrarán relevantes.
En el caso de la investigación aquí expuesta en forma resumida, en una primera etapa del análisis recurrimos a los textos de los historiadores para proporcionar el contexto necesario a la narración noticiosa. Pero a medida que el análisis avanzaba, el fenómeno se revirtió: era el discurso el que informaba y explicaba procesos políticos importantes que se descubrían a nuestros ojos. Aquí reside, a mi parecer, una importante contribución del análisis del discurso a otras disciplinas con las que comparte un campo de estudio que tiene que ser interdisciplinario.Ó
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Notas
[2] Este derecho se instituyó en un apéndice constitucional conocido como Enmienda Platt, por el nombre del senador estadounidense que la propuso.
[4] Respecto a la consideración del discurso periodístico como lugar de confluencia de discursos, afirma Bell (1991: 211): "The whole field of news as talk throws up some of the most interesting and under-researched questions of news discourse".
[5] Sobre la escena enunciativa como concepto analítico, v. Fonte, 2003.
[6] Me apoyo en Leech y Short (1981), quienes consideran la categoría de narrative repon of.Teech acts en su estudio del discurso literario de ficción.
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