La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura

Autores/as

  • María Elvira Rodríguez Luna Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Palabras clave:

etnografía, comunicación (es).

Referencias

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Rodríguez Luna, M. E. (1997). La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura. Enunciación, 2(1), 24–28. https://doi.org/10.14483/22486798.2498

ACM

[1]
Rodríguez Luna, M.E. 1997. La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura. Enunciación. 2, 1 (ene. 1997), 24–28. DOI:https://doi.org/10.14483/22486798.2498.

ACS

(1)
Rodríguez Luna, M. E. La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura. Enunciación 1997, 2, 24-28.

ABNT

RODRÍGUEZ LUNA, María Elvira. La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura. Enunciación, [S. l.], v. 2, n. 1, p. 24–28, 1997. DOI: 10.14483/22486798.2498. Disponível em: https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/enunc/article/view/2498. Acesso em: 28 mar. 2024.

Chicago

Rodríguez Luna, María Elvira. 1997. «La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura». Enunciación 2 (1):24-28. https://doi.org/10.14483/22486798.2498.

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Rodríguez Luna, M. E. (1997) «La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura», Enunciación, 2(1), pp. 24–28. doi: 10.14483/22486798.2498.

IEEE

[1]
M. E. Rodríguez Luna, «La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura», Enunciación, vol. 2, n.º 1, pp. 24–28, ene. 1997.

MLA

Rodríguez Luna, María Elvira. «La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura». Enunciación, vol. 2, n.º 1, enero de 1997, pp. 24-28, doi:10.14483/22486798.2498.

Turabian

Rodríguez Luna, María Elvira. «La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura». Enunciación 2, no. 1 (enero 1, 1997): 24–28. Accedido marzo 28, 2024. https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/enunc/article/view/2498.

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1.
Rodríguez Luna ME. La etnografía de la comunicación: una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura. Enunciación [Internet]. 1 de enero de 1997 [citado 28 de marzo de 2024];2(1):24-8. Disponible en: https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/enunc/article/view/2498

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Enunciación, 1997-08-00 vol:2 nro:2 pág:24-28

La etnografía de la comunicación: Una perspectiva de la investigación sobre el lenguaje y la cultura

María Elvira Rodríguez Luna

Profesora Universidad Distrital Francisco José de Caldas


Introducción:

La linguistica irrumpe con fuerza en el panorama de las Ciencias Sociales y Humanas en el siglo XX, en tanto ciencia del lenguaje como facultad humana y de la lengua como hecho social. En la búsqueda de explicación a tales fenómenos, la investigación linguistica ha desarrollado a lo largo de este período variadas orientaciones metodológicas, cada una de las cuales se ha ocupado de aspectos específicos de las dimensiones de esta compleja realidad.

Un primer momento se centró en la dimensión estructural del lenguaje y en consecuencia la investigación se orientó fundamentalmente hacia la definición de qué se entiende por lenguaje y la descripción de cómo se organiza el sistema Linguístico, qué elementos lo constituyen y de qué forma se ordenan para configurar relaciones al interior del mismo. El análisis linguístico privilegió el estudio de la lengua, desatendiendo el carácter general y heteróclito del lenguaje y excluyó el estudio del habla por ser ésta la expresión individual, cambiante e inestable de la lengua. En consecuencia, la lengua como objeto de estudio fue abstraída de la realidad comunicativa para ser analizada como un ente abstracto, asegurando de esta forma la homogeneidad del sistema.

Un segundo momento se caracterizó por la búsqueda de explicación al funcionamiento interno del sistema linguístico y a la manera como la mente humana puede generar un número infinito de elementos y relaciones. La preocupación investigativa, si bien superó el plano externo de la estructura de la lengua, no sobrepasó los límites de la oración, aún cuando se asumió la tarea de encarar exhaustivamente el problema del significauo, a partir de la competencia linguistica de un hablante oyente ideal. Esta es entendida como la capacidad que tienen los usuarios de una lengua para generar todas las oraciones posibles partiendo de elementos finitos. Este momento constituye una verdadera revolución científica. A juicio de Searle (1974), la revolución de Chomsky en la linguístiqa ha permitido "usar sus resultados sobre el lenguaje para intentar desarrollar conclusiones generales anti-behavioristas y anti-empiristas sobre la naturaleza de la mente humana cuyo alcance supera los limites de la linguistica."

Desde luego, no deja de ser un obstáculo para la comprensión de la complejidad del fenómeno del lenguaje, el haber configurado, en campos separados, dos caras de la misma moneda: la competencia y la actuación linguistica. Para este modelo investigativo, "la vida humana parece estar dividida entre la competencia gramatical, una especie de poder ideal derivado innatamente, y la actuación, una exigencia que se asemejaría mas bien al morder del fruto prohibido, que arroja el hablante oyente perfecto a un mundo imperfecto. De este mundo, en el que los significados se ganan con el sudor de la frente, y en el que la comunicaCión se realiza con dificultad, es muy poco lo que se dice. La imagen es la de un ser abstracto, aislado, casi un mecanismo cognoscitivo, sin ninguna motivación, y no, excepto incidentalmente, la de una persona en un mundo social". (Hymes, 1972).

Por el contrario, un tercer gran momento en la investigación linguistica se compromete con la explicación del lenguaje más allá de su estructura forma y de su funcionamiento interno: se ocupa de la manera como éste cumple funciones especificas en la Interacción. Ello no significa el desconocimiento de los aportes anteriormente señalados, sino la búsqueda de la integración de los dominios y niveles para la comprensión cada vez más compleja e integral de la naturaleza humana.

Nos detendremos en este tercer momento para esbozar los plantemientos metodológicos de una de las corrientes que se incluyen dentro de este nuevo paradigma: La etnogtrafía de la comunicación o etnografía del habla. Este enfoque, si bien mantiene diferencias en relación con las categorías de análisis y el punto de partida que adoptan para la comprensión y explicación del fenómeno otras corrientes pragmáticas (1) como el análisis del discurso, la teoría de los actos de habla y la linguistica textual, guarda en común la búsqueda de una reconstrucción exhaustiva de los hechos linguísticos para dar cuenta de"quién puede transmitir, qué a quién y bajo qué condiciones."

La etnografía de la comunicación.

"Se puede esperar que los linguistas poco a poco se den cuenta de la importancia de su disciplina dentro de la ciencia en general y que no permanezcan aislados por una tradición que amenaza con volverse escolástica si no se le da vida relacionándola con campos de estudio que van más allá de la lengua misma".

Esta aspiración respecto al papel de la linguistica y de su compromiso con la vida humana, formulada por Eduard Sapir en 1929, ha ido ganando terreno dentro de los estudios del lenguaje. Eso explica el que se haya ido configurando un campo interdisciplinario en el que los linguistas se han interesado progresivamente por los múltiples problemas antropológicos, sociológicos y sicológicos que inumpen en el territorio del lenguaje. Alli se inscribe la etnografía de la comunicación.

Para Dell Hymes, el término "etnografías de la comunicación", parece recubrir con mayor precisión el alcance le una disciplina de estudio del lenguaje que supera los línib:es trazados por los modelos que la preceden, en cuanto pretende ocuparse de las múltiples facetas implicadas en el uso del lenguaje y de la complejidad de las mismas. Así entendida, la etnografía de la comunicación parte de dos supuestos básicos:

1. No se pueden tomar por separado los resultados de la linguística, la sicología, la etnología, tal como se presentan aisladamente para luego tratar de relacionarlos.

2. No se puede tomar la forma linguística, un código dado o el habla misma, como un marco de referencia.

Estas dos premisas orientan la tarea del investigador hacia la obtención de datos recientes teniendo en cuenta "el uso de las lenguas en contextos no Linguísticos hasta discernir las pautas propias de la actividad del hablar", puesto que éstas "escapan a estudios aislados de gramática, de personalidad, de religión, de parentesco y de otros semejantes", ya que,"cada uno abstrae las pautas de la actividad linguística y las enfoca dentro de algún otro marco de referencia." En consecuencia, interesa tomar la comunidad como contexto, "investigando sus hábitos de comunicación como un todo, de tal manera que cualquier uso determinado del canal y del código tome su lugar tan sólo como parte de los recursos que emplean los miembros de la comunidad." (Hymes,1967)

Las descripciones y explicaciones aportadas por la linguística tan sólo interesan a la etnografía de la comunicación, en tanto permitan entender mejor la manera como se lleva a a cabo la comunicación en el marco de una cultura y una sociedad. Por lo tanto, aborda el estudio de la lengua como comunicación y no como sistema formal.

En relación con su objeto de estudio, esta orientación metodológica exige, en primer término situar los límites de la comunidad dentro de la cual la comunicación es posible; en segundo término, trazar las condiciones dentro de las cuales se llevan a cabo las situaciones de la comunicación y; en tercer lugar, establecer los medios, los propósitos, las pautas de selección operadas por parte de los hablantes, su estructura y jerarquía. La delimitación y precisión son fundamentales para la etnografía de la comunicación, ya que, los mismos medios linguísticos pueden atender a muy diversos propósitos comunicativos y diversos propósitos comunicativos cumplirse a través de medios muy variados y organizados de diversa manera.

Así por ejemplo, para decir "te amo", bajo ciertas condiciones comunicativas, puede también recurrirse a una mirada o un abrazo, de modo que valiéndose de medios distintos es posible cumplir un mismo propósito de comunicación; igualmente, este mismo enunciado puede incluso significar su contrario ("te odio"), dependiendo de las circunstancias de la producción del acto verbal en el evento comunicativo. En las siguientes secuencias podemos observar cómo los distintos componentes -en tanto elementos del sistema, conservan de manera independiente el mismo valor significativo aunque adquieren funciones y significados distintos de acuerdo con su ubicación en el contexto situacional, de la estructura y organización que el hablante les imprima para comunicar propósitos distintos y de lo que cada uno de los oyentes o lectores construyen según sus propias circunstancias:

"Ay niño José, así no se puede.
Ay niño José, así no se
Ay niño José, así no
Ay niño José, así
Ay niño José,
Ay niño
Ay."

Difícilmente podríamos afirmar que el "ay" del primer enunciado sea idéntico al último, en cuanto su significado y función comunicativa, ni que su interpretaración para el oyente o lector sea la misma. Cada enunciado se constituye en un "evento comunicativo" particular, que se comprende a partir de los valores y creencias, las instituciones sociales, las formas culturales, los participantes y sus roles sociales. Es por ésto, que señala Hymes (1987), "los elementos y relaciones del código linguístico como un todo, aparecerán en parte, con una nueva luz, vistos desde la organización de los elementos y relaciones del acto de habla, que en sí mismo es parte de un sistema de actos comunicativos característicos de un grupo".

La etnografía de la comunicación se funda en el estudio de la lengua no sólo como estructura o como factor abstracto, sino coMo un aspecto que forma parte de las pautas propias de los hechos de comunicación y guardando una relación integral con ellos. Se interesa, por lo tanto, en estudiar el evento comunicativo integrando la forma del mensaje y su contexto de uso. Lengua y comunicación se unen para dar cuenta del evento comunicativo como totalidad, en relación con el contexto y la función social que cumplen. En síntesis, asumir esta opción metodológica para el estudio de los hechos linguisticos implica cumplir, por lo menos, las siguientes condiciones:

1.- Centrarse en el estudio del uso del sistema por parte de los hablantes y no en su estructura, por fuera de los contextos de uso.

2.- Subordinar el interés por el estudio de la estructura de la lengua al interés por las funciones que dichas estructuras cumplen en la comunicación humana para la realización de propósitos e intenciones diversas.

3.- Reconocer la pluralidad de funciones del lenguaje y usos de la lengua.

4.- Asumir la diversidad,como característica de la comunicación efectiva, frente a la homogeneidad del sistema.

5.- Tomar la comunidad y el contexto Como puntos de partida para el análisis. y no el sistema por el sistema mismo.

6.- Estudiar lo apropiado de los elementos que conforman los eventos comunicativos para el cumplimiento de las funciones del lenguaje, propósitos e intenciones de los hablantes, y no centrarse en el estudio de la arbitrariedad e imposición de las formas.

Bajo las anteriores condiciones, lá etnografía de la comunicación aborda el análisis de los eventos comunicativos, teniendo en cuenta las relaciones entre el ambiente, los participantes, el tema, las funciones de la interacción, las formas y los valores dados a cada uno de ellos por los participantes (Hymes, 1980). Esto significa que si bien el comportamiento verbal (el habla y sus equivalentes) constituye el núcleo de esta definición, una descripción completa de este sistema también tiene que tomar en cuenta los gestos, los signos o dibujos y demás elementos que constituyen alternativas funcionales para la expresión linguistica. Veamos en detalle cada uno de estos elementos.

1. El escenario (setting) es el componente del evento comunicativo que permite ubicar el dónde, el cuándo y el ambiente dentro del cual éste se lleva a cabo. Comprende las coordenadas espaciales y temporales del evento, mediante las cuales se ubica la "localidad" o "localización" de la acción comunicativa en un tiempo y lugar determinados. Asi mismo hace referencia a las "pautas fijas de comportamiento" que se presentan cuando las personas se interrelacionan: saludar o no de beso, puede ser una pauta de comportamiento habitual entre los participantes quel, sin embargo, puede afectarsé por la ubicación de los mismos en un determinado espacio en el cual tal forma podría ser inapropiada, prohibida o carente de sentido; un abrazo, adquiere cierto valor dentro del evento comunicativo cuando se realiza en el escenario específico de la misma, o cuando se vincula con demostraciones de cortesía o solidaridad entre otro tipo de participantes. De modo que las situaciones sociales están sujetas a las normas culturales que indican cuáles son los participantes indicados, para cuál ambiente,qué temas es posible abordar y bajo qué estilo.

Alguna variación en el marco de estos componentes puede cambiar por completo el sentido del evento comunicativo, e incluso, transformarlo en su contrario. Un acto solemne puede convertirse en ridículo o jocoso, una entrevista de trabajo puede terminar en un acto de seducción. Según el ambiente que rodee las interacciones, las relaciones de jerarquía pueden transgredirse completamente y el dominante pasar a ser subordinado, dependiendo de las pautas fijadas por los participantes en la interacción.

2.- Para la etnografía de la comunicación es igualmente importante precisar qué pautas culturales determinan quién habla a quién o quién puede hablar a quién, es decir, que toma en cuenta el carácter de los participantes y su función como transmisores, receptores, interlocutores o intermediarios. Para efectos de la descripción etnográfica, los participantes se caracterizan de acuerdo con sus atributos sociológicos incluyendo su estatus o condición social, en términos de su sexo, edad y ocupación, relaciones mutuas (marido-mujer, patrón subalterno...) y los papeles relativos a la situación social (anfitrión-invitado, maestro-alumno...).

Para que haya comunicación es preciso que existan un emisor y un receptor o que el emisor cumpla el doble papel, es decir que necesariamente tiene que haber interlocutores pero aparte del receptor primario también puede contarse con un público. Susan Ervin-Tripp (1967) señala cuatro factores que determinan cuánto habla cada participante: "un factor decisivo es la situación. En la conversación en un grupo pequeño y de confianza, los papeles de emisor y receptor pueden alternar; en el sermón el papel del transmisor es de un solo participante; en la respuesta a coro en un rito, o en el período de preguntas después de una conferencia, a cada emisor se le permite cierto espacio preciso. Un segundo factor relacionado, que determina el tiempo que habla cada participante es la centralidad de su posición social o física. Puede tratarse, por ejemplo, de un paciente de terapia, el presidente de una mesa redonda, un maestro o telefonistas, casos en que el rol formal exige la comunicación con mucha frecuencia. También puede jugar un papel equivalente en forma menos formal, como el que narra cuentos o el que es experto en alguna materia de interés inmediato. También existe una constante personal que se manifiesta independientemente del grupo o de la situación. El efecto de estos dos últimos factores es una desigualdad casi inevitable en la frecuencia de comunicación de los participantes. Se ha demostrado que estas disparidades obedecen a reglas de proporción matemáticamente definibles en los grupos menos formales. Dado que la mayor o menor participación relativa al papael del emisor, no es igual sino que está graduada en forma muy desporporcionada, si el grupo es grande los que hablan menos casi no tendrán oportunidad de intervenir. Tampoco se distribuye uniformemente el papel de receptor principal entre los participantes, pues se muestra preferencia para los de posición más central, los más fuertes, los de posición social más elevada, los que más hablan, y cuando se busca la conformidad general, al que más se desvía".

Este énfasis en la descripción de la manera como se relacionan los participantes en el curso del evento comunicativo, radica en que "nadie habla por hablar ni por cumplir un rito, sino porque hay alguna utilidad en hacerlo, que puede ser la del locutor, del destinatario o de una tercera persona cualquiera (...) de allí la posibilidad siempre abierta de poner a buscar alusiones en todo curso." (Ducrot, 1984)

3.Los canales disponibles y sus modos de uso: hablar, escribir, soplar , silbar, tocar el tambor, sonreir, mover el cuerpo, esto es, el cómo y el através de qué, también interesa como pautas que dete formas culturales compartidcas. Ervin-Tripp, incluye este elemento dentro de los cuatro aspectos formales de la comunicación, a saber, canal, código o variedad, variantes socio-linguísticas y las señales vocales no-linguísticas. Igualmente el uso de determina cada variedad o medio de comunicación, está determina los demás factores interacción. Ciertos tipos comunicación. "tienen que asumir la forma escrita" para adquieran validez dentro de la cultura; otras, por el contrario, se fundamentan en un código no-verbal (por ejemplo el mimo; los gestos que denotan desprecio o ternura); el manejo de las distancias para significar proximidad, majestad o jerarquía; la entonación para indicar regaño, severidad o reproche.

4.- De igual forma, interesa determinar qué registro o variedad se emplea, por cuanto la forma adoptada para decir lo mismo cambiará de acuerdo con el orden de los componentes en la secuencia seleccionada. No es lo mismo decir "pásame la sal, por favor" que, "por favor, pásame la sal", como tampoco es igual decir "pásame la sal", "pasáme la sal","me pasas la sal?", "la sal", o simplemente, "esto no sabe a nada" o "la cocinera estaba triste".Probablemente todos estos actos verbales permiten el cumplimiento de un propósito de la comunicación, pero además, a través de cada uno de ellos se ponen de manifiesto los elementos específicos del entorno, las relaciones entre los participantes y las jearquías y ambientes en los cuales estas formas se presentan como válidas.

El aspecto de las variedades hace referencia a la posibilidad que tienen los participantes de seleccionar las formas adecuadas según las situaciones sociales en las que se desenvuelve el evento comunicativo. Las formas dialectales, los sociolectos, los registros formales o informales, se incluyen dentro de estas variaciones, así como las circunstancias bajo las cuales la comunicación es permitida, obligatoria, prohibida o timulada. Es decir, las normas rituales que rigen los intercambios,las claves para la com prensión de la comunicación.

Por consiguiente, es fundamental establecer los diversos códigos compartidos participantes: lingüísticos paralingüísticos, quinematicos, musicales, etc., así como conjunto de creenciales compartidos por la aceptados como formas significativas.

5.También compete a la etnografía de la comunicación la descripción de las formas de los mensajes y géneros de los cuales recuren los participantes para entablar la interacción. El hecho de que la comunicación se presente como sermones, gritos, susurros, sonetos o cualquiera otra forma ritualizada o estilo, modifica el sentido que la comunidad le otoga a los mismos e indica pautas culturales que rigen las relaciones entre sus miembros.

6.- Los tópicos y comentarios sobre los que trata un mensaje o los temas o contenidos manifiestos de la conversación, también son elementos importantes. No se puede hablar acerca de todo en todas las culturas, ni todos sus miembros pueden referirse a los temas permitidos. Hablar de sexo, de política, de religión, de muerte, puede ser culturalmente aceptado o rechazado, bien sea para la totalidad de los miembros o para una parte de ellos.

El tema incluye categorías amplias como la temática general de la conversación (chismes, asuntos famil iares, economía...) como también el contenido proposicional de las oraciones. La temática que se aborda en los eventos de comunicación constituye un aspecto profundamente revelador de la cultura, de los modos de pensar y hacer de sus miembros, de aquello que consideran socialmente útil, permitiendo una caracterización detallada de la sociedad dentro de la cual se producen los intercambios. Un té canasta y los temas que giran alrededor de dicholeyento puede permitirnos con mayor veracidad que una entrevista o un escrito el descubrimiento de formas precisas de percibir el mundo y las relaciones sociales por parte de un grupo determinado.

El incluir los eventos mismos que se constituyen en variables socioculturales como centro de análisis de la actividad verbal, la etnografía de la comunicación sitúa el problema de la competencia linguistica una dimensión completamente renovada y dependiente, en parte, de factores sociales; adopta una nueva concepción al respeto y junto con ella la denominación de "competencia comunicativa" para referirse a dicho proceso. Tal como lo señala Hymes (1972), "una competencia tal está alimentada por la experiencia social, las necesidades, las motivaciones y la acción que es a su vez fuente renovada de motivaciones, necesidades y experiencia." De manera que el análisis de las actuaciones reales, con fundamento en una competencia adquirida en, por y para la comunicación, dé cuenta de la manera como se organizan las lenguas para permitir a sus usuarios "lamentarse, alegrarse, rogar, prevenir, defender, atacar", todas ellas, funciones "relacionadas con las diferentes formas de persuasión, dirección juego simbólico En este sentido, la etnografía de la comunicación se constituye en "un modelo de la lengua que se presenta de cara hacia la conducta comunicativa y la vida social

Las anteriores concepciones determinan el predominio de algunas técnicas para el tratamiento y análisis de los problemas estudiados.

1.- La observación de los hechos linguísticos tiene que ser participante. No se trata de reproducir el habla de un individuo en una especie de laboratorio para inferir conclsuiones generales acerca de "el habla de los comerciantes", "de los homosexuales" o "de los gamines" por fuera de los contextos de realización de los eventos comunicativos reales, a la manera de la dialectología o la lexicografía. Por el contrario, se asume el conjunto de la comunidad social como unidad. Cualquier cambio en los contextos, como lo hemos visto anteriormente, modifica los comportamientos verbales de los participantes y, en consecuencia, afecta los datos de la investigación.

2.- Debe contarse con estudios etnográficos previos, que exploren la distribución natural del habla en la comunidad, para poder interpretar adecuadamente las formas de interacción capturadas a través de otros instrumentos. Las observaciones espontáneas sobre la actuación de los grupos por fuera de los condicionamientos trazados por la investigación y el investigador, proveen de un conjunto de apreciaciones respecto a los modos de relación, las formas de vida y las pautas culturales dominantes en la comunidad.

3.- La entrevista etnográfica puede contribuir a hacer explícito "cuándo se habla, con qué variaciones de acuerdo al ambiente y a los participantes". De otra parte, permite conocer opiniones, actitudes y valores de la comunidad, constituyéndose en un excelente complemento para las observaciones realizadas por parte del investigador, pudiendo de esta forma corroborar o modificar sus valoraciones al respecto. Para que la entrevista produzca los efectos esperados debe llevarse a cabo de manera más espontánea y natural, para lo cual el investigador debe generar el ambiente más apropiado. Una reunión informal es muy útil por cuanto propicia lo que denomina Labov (1978) el habla vernácula, es decir, aquella a la cual se presta la mínima atención en el discurso .por parte del entrevistado,permitiendo que afloren las fórmas naturales de la interacción y las pautas de comunicación habitualmente utilizadas, sin rebuscamientos, ni falseamientos, que alterarían los resultados de la investigación. Las entrevistas pueden ser grabadas de manera abierta o de forma anónima, dependiendo de las circunstancias y formas de relación establecidas entre los participantes.

4.- No son excluyentes las formas de la investigación no participante. De hecho, las fotografías, los videos y otros registros filmicos y de audio, son reveladores importantes de las situaciones cotidianas que viven las comunidades. Este tipo de registro permite al investigador una reflexión posterior, lo cual le ayudará a percibir elementos significativos (gestos, entonaciones, movimientos, etc.) en torno a las situaciones vividas, que no podrían percibirse a través de la simple observación o cuyo registro distraería al observador de otros aspectos. Evidentemente, la etnografía de la comunicación no excluye ningún procedimiento que le permita dar cuenta de la manera más fiel posible de las pautas de interacción que se producen en los eventos comunicativos que analiza. Por ello, también se recurre a las fichas de observación, al diario de campo y a todo tipo de instrumento que le permita recuperar la comu- nicación como totalidad y como movimiento en la que circulan las formas de pensar y vivir la cultura.

En síntesis, una de las tareas centrales de la investigación linguística esla construcción de una gramática de la comunicación como la denomina Geoffrey Leech en "Principios de Pragmática"- o como lo señala Hymes, la recuperación del verdadero sentido de la linguística sin importar la denominación que tenga, momento en el cual sería redundante hablar de sociolinguística, etnolinguística, sicoli.nguística, o cualquier otro apelativo, cuyo empleo solamente ratifica la necesidad de situarse en la complejidad que las relaciones sociales implican para la comprensión del lenguaje y que son inhereiiies a su objeto de estudio.

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  19. Trudgill, Peter. Applied sociolinguistics. Academic Press, London, 1984.

NOTAS

1. Se incluyen dentro de la corriente pragmática las teorías según las cuales el hablar se entiende como una forma de la acción social. Según Brigitte SchliebenLange (1983), una pragmática deberá tener dos componentes: "a. La cuestión de las condiciones del marco para la comunicación y actuación linguistica.

b. La investigación de cada tipo linguístico y social de acciones de habla y modelos de comunicación".


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