DOI:
https://doi.org/10.14483/22486798.21556Publicado:
31-01-2023Número:
Vol. 28 Núm. 1 (2023): Pedagogías de la lengua (Ene-Jun)Sección:
EditorialInvestigar para transformar desde el lenguaje
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Referencias
Bergson, H. (1963). La evolución creadora. En Obras escogidas (pp. 433-755). Aguilar.
Bojacá, B. B. L. (2001). Seminarios-talleres de las redes para la transformación de la formación docente en el lenguaje. Enunciación, 6(1), 119-121. https://doi.org/10.14483/22486798.2453
Camps Mundó, A. (2012). La investigación en didáctica de la lengua en la encrucijada de muchos caminos. Revista
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Giroux, H. (1990). Los profesores como intelectuales transformativos. En Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje (pp. 171-178). Paidós.
Ortiz Ocaña, A. (2015). La concepción de Maturana acerca de la conducta y el lenguaje humano. Revista CES
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Patiño, Z. (2010). Pensar la formación de sujetos críticos en la escuela. Reflexiones sobre los casos de Colombia y México. Educación y Humanismo, 12(19), 73-92.
Prado Aragonés, J. (2004). Didáctica de la lengua y la literatura para educar en el siglo XXI. Editorial La Muralla
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Hace más de cien años, el filósofo francés Henri Bergson (1963) nos enseñó que “existir consiste en cambiar, cambiar madurando, madurar creándose indefinidamente a sí mismo, [lo que significa que] somos artesanos de la vida, de sus momentos” (p. 444), por lo que cada momento sería una especie de acto creativo. De esta manera, transitar la vida siempre traerá desafíos políticos, ontológicos y epistemológicos, en una apuesta por crear formas de organización, nuevos espacios e interacciones que, finalmente, le dan sentido a la existencia.
Habitar este mundo cambiante es, por supuesto, un reto para la educación y la formación que, en nuestra mirada, deben ser también adaptativas, emergentes o, según Bergson, un ejercicio de “madurar creándose indefinidamente”. Esta maduración-creación puede encontrar un fundamento en la acción del docente desde la investigación educativa, pues ya sabemos que educar no es solamente transmitir información; más bien, es un ejercicio espiritual que debe permitir a los individuos construir las formas de relacionarse consigo mismo, con el otro y con el mundo, lo que significa establecer el vínculo entre vivir, adaptar, diseñar y cambiar.
En este sentido, la investigación educativa es, en sí misma, un escenario de relaciones que se movilizan desde las preguntas que nos formulamos en nuestra experiencia pedagógica, su contexto, sus significados y posibilidades de transformación. Indagar e interrogar las prácticas educativas, particularmente en la enseñanza-aprendizaje de la lengua y la literatura, supone la conformación de comunidades de investigación, desde las que se teje y entreteje conocimiento, con otros y para otros.
El lenguaje, como producto de la actividad humana y como práctica social, erige todo un mundo dinámico de pluridiscursividad, lo cual representa un amplio abanico de posibilidades en el escenario de la investigación educativa. Pensemos, por ejemplo, en las diferentes formas de representación del lenguaje, la puesta en escena de las actividades discursivas de la lengua oral o escrita, sus didácticas y su circulación en la cultura, el uso de los medios digitales y sus mediaciones en los procesos de comunicación e interacción humana, la multimodalidad y la polifonía presentes en una variedad de prácticas vernáculas letradas, cercanas a la cotidianidad de niños, jóvenes y adultos.
La acción del maestro investigador en cualquiera de estos ámbitos detona dos grandes alcances: por un lado, robustece sus competencias profesionales desde una mirada introspectiva y crítica a su praxis pedagógica; por otro, potencia las dinámicas educativas y las líneas de trabajo curricular, gracias al liderazgo y a la capacidad de innovación que emerge de la actividad investigativa docente.
Para Camps (2012), la investigación sobre la enseñanza de la lectura, la escritura y la oralidad formal, ha avanzado de forma importante en los últimos tiempos, precisamente como respuesta a la necesidad de fundamentar propuestas orientadas a una nueva pedagogía de las lenguas y del lenguaje en los currículos de educación básica, media y superior. Por su parte, Prado Aragonés (2004) sostiene que, precisamente, la investigación en la acción es la que permite identificar problemas relacionados con la enseñanza y el aprendizaje de la lengua y la literatura, y construir soluciones. No obstante, aún es necesario que el impacto y el aporte derivado de estas prácticas investigativas hagan conducente el fortalecimiento de nuevos y diversos mecanismos de difusión y divulgación de estos conocimientos al servicio de comunidades docentes interesadas en aprender de otros para mejorar sus prácticas.
En palabras de Maturana y Bloch (1985, citados por Ortiz Ocaña, 2015) nos configuramos como humanos creadores y transformadores del mundo gracias a la condición de lenguajear, de inventar y reconfigurar con el lenguaje. Habitamos un mundo mutante que se metamorfosea a cada instante, en el que nos reconocemos frágiles y vulnerables y, a la vez, siempre con la vitalidad de reafirmar la vida, de establecer el vínculo primordial entre los seres humanos y el mundo. Un tiempo que requiere del cuidado como práctica filosófica que interroga las dimensiones humanas y culturales, como, por ejemplo, la forma como moramos la vida cotidiana, la configuración de los espacios, la naturaleza y sentido de las interacciones sociales que nos llevan a tejer relaciones lenguajeando. Pensamiento y lenguaje, en cuanto detonantes de la acción humana, tejen entonces un vínculo sine qua non para la consolidación de comunidades y entornos más equitativos, incluyentes y con un pensamiento más sensible al cambio.
Desde este contexto, el ser y el hacer del docente como investigador, situado en una perspectiva crítica del conocimiento y la pedagogía, se proyecta, en palabras de Giroux (1990), como un “intelectual transformativo”. Es decir, un sujeto con toda la fuerza y capacidad para enfocar y matizar su acción docente, desde un punto de vista reflexivo y de acción crítica, como parte del proyecto de formar y transformar a los estudiantes, en la línea del compromiso social. “En manos de un educador crítico está la formación de un educando crítico con habilidades para pensar, actuar críticamente y transformar su realidad”, afirma Patiño (2010), p. 80.
De este modo, la actividad investigativa del docente, particularmente en pedagogía de la lengua y la literatura, reviste de gran importancia si se parte de que la praxis pedagógica es el objeto de estudio constante que da origen a saberes teórico-prácticos tendientes al mejoramiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje en contextos situados. Para Bojacá (2001),
los docentes en su rol de investigadores son quienes tienen que impulsar propuestas renovadoras, tendientes a garantizar su liderazgo y protagonismo en el desarrollo de proceso de formación que contribuyan a la cohesión y a la cualificación progresiva de la misma. (p. 120)
Enunciación, en su volumen 28 número 1, presenta las reflexiones e investigaciones de profesores e investigadores iberoamericanos que, con su vitalidad y esfuerzo, encaran los desafíos y retos de este mundo mutante. Todos ellos avanzan por la senda de madurar, crear, diseñar propuestas para sentir, pensar, intervenir, transformar las prácticas educativas en el campo del lenguaje, la pedagogía y la literatura. En esta ocasión, encontramos un hilo conductor que nos aproxima a la problemática de la acción docente desde la investigación educativa y el desarrollo de la competencia comunicativa (oralidad, lectura, escritura), problemática crucial para pensar en tiempos inciertos y, algunas veces, oscuros. Invitamos a nuestros lectores a sumar acciones en y para la investigación educativa en cualquiera de los escenarios que se proponen en estas páginas. Estamos seguros de que la participación reflexiva y propositiva de los educadores en comunidades o equipos de trabajo conduce a fortalecer la calidad de las prácticas educativas, precisamente si se parte de reconocer sus dificultades y la necesidad de transformación.
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