DOI:
https://doi.org/10.14483/23464712.11390Publicado:
2017-01-01Educar con significado o con sentido
EDITORIAL: Educate with Meaning or sense
Palabras clave:
educación, sentido, significado, escuela (es).Descargas
Cómo citar
APA
ACM
ACS
ABNT
Chicago
Harvard
IEEE
MLA
Turabian
Vancouver
Descargar cita
EDITORIAL- V12, N.° 1
Educar con significado o con sentido
Dr. José Joaquín García García1
1 Doctor en Didáctica de las Ciencias Experimentales por la Universidad de Granada. Profesor titular, Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, Colombia. Correo electrónico: yocolombiano@yahoo.com.mx
Hoy día, tres tendencias influyen directamente en la conformación de la escuela. En primer lugar, el afán de encontrar la esencia de todo encumbró a la razón e hizo de la racionalidad el único valor a defender en las aulas. En segundo lugar, el sistema capitalista hizo lo mismo con aquello que tiene valor de uso y valor de cambio, es decir, con la mercancía, validando solo lo que puede tener una utilidad económica conocida o posible. Esto convirtió a la educación en un proceso para certificar y ganar dinero, desdibujando así su intención de formar personas. Finalmente, la visión masculina y eurocéntrica con su locura por quererlo dominar todo, y de pensar que el hombre era el dueño del planeta e inclusive la vida y el destino de los otros hombres, mutiló culturas y eliminó a la naturaleza de los currículums en los centros educativos.
La primera tendencia entronizadora de la razón excluyó al cuerpo y a los sentidos de la educación formal por considerarlos inadecuados para los procesos de abstracción y de mecanización, necesarios para formar gente eficaz y eficiente en el sistema de producción capitalista. Así mismo, el empeño en la abstracción absoluta desterró de la educación a la sensibilidad y a lo sensible, a lo que llamaríamos lo femenino, dejando a la intuición, a la emoción, a la belleza y a la estética fuera de las aulas de clase. Por otra parte, desde la perspectiva de la visión del sistema capitalista centrada en el logro y en el lucro, la significatividad (que en el idioma ingles está relacionada con aquello que se puede contar y que es estadísticamente válido) se hizo un lugar en los discursos pedagógicos y sobre todo en aquellos referidos al aprendizaje. Es decir, el aprendizaje para serlo debería de ser significativo, aunque no tuviese un sentido intrínseco.
La visión masculina, eurocéntrica y antropocéntrica del mundo, al desalojar a la naturaleza del aula, desplazó a la experiencia de los procesos educativos, al tiempo que también sacaba de las mismas aulas al pensamiento ecológico. Así, en el mejor de los casos, reemplazó a la experiencia del mundo por una simulación tecnológica, o en el peor de ellos por una simple representación o un inerte experimento. De igual manera, el pensamiento ecológico y la eco-formación fueron remedados por insípidos e institucionales programas de reciclaje escolar.
Esto supuestos provocaron que la educación se ejecutase como un proceso externo al sujeto, es decir, una “educación para”, que responda a necesidades económicas o de otra índole ajenas a las necesidades e intereses del sujeto. Dicha educación propone entonces un currículo extraño y sin sentido que solo se adapta al mundo que tenemos, el cual no es el mejor al estar fundado en el egocentrismo humano extremo, lo que lo ha convertido en un mundo de desigualdades incalculables y cuyos problemas ambientales y culturales son cada vez mayores.
Ante esta situación civilizatoria tan adversa es necesario pensar en otro tipo de educación que nos ayude a formar otro tipo de cultura y otro mundo diferente. Ante todo, esta nueva educación sería una educación dirigida hacia el interior del sujeto. No sería una educación externa al sujeto sino una que tuviese la posibilidad de encarnarse en él, en la cual el currículum no instrumentalice al sujeto sino que este sea más bien un instrumento del sujeto al servicio de la conformación de su ser. O sea, esta educación estaría dirigida hacia las preguntas, intereses, motivaciones y problemáticas del sujeto con el fin de hacerlo persona, es decir, de convertirlo en un ser que suena y que vibra en el concierto de la creación (persona viene de pere sonare: para vibrar). Dicha educación tendría, además que recuperar el cuerpo y los sentidos a través de la vivencia de las experiencias propias de las realidades naturales y sociales, experiencias que han sido desplazadas por las representaciones. Esto con el fin de formar sujetos conscientes de la potencialidad de la vida misma y de la grandeza del estar vivos.
Así mismo, esta nueva educación propondría la recuperación de lo sensible, de la emoción y de lo femenino en las aulas, explorando las relaciones entre ciencia y arte, las posibilidades estéticas de las construcciones científicas y la necesidad de conectar aquello que nos conmueve e interesa con aquello que pretendidamente queremos enseñar en las aulas de ciencias.
Este nuevo tipo de educación tendría por bandera recuperar el papel de la naturaleza y del pensamiento ecológico para la enseñanza, es decir, pensar en que los hombres deberían dejar de comportarse como seres humanos y empezar a comportarse como parte del mundo natural, con acciones y pensamientos condescendientes con las complejidades ambientales. O sea, la escuela debería tratar de desmitificar esa idea de ser humano sembrada por la civilización griega, los romanos y las jerarquías religiosas, para atreverse a explorar la resignificación del ser humano como alguien que hace parte de la naturaleza. Es decir, como un ser que piensa como el árbol, como la nube o el río, y ya no como ser humano apartado y aislado del universo en el cual transcurre su tiempo vital.
Licencia
Góndola, Ens Aprend Cienc. es una publicación de acceso abierto, sin cargos económicos para autores ni lectores. La publicación, consulta o descarga de los contenidos de la revista no genera costo alguno para los autores ni los lectores, toda vez que la Universidad Distrital Francisco José de Caldas asume los gastos relacionados con edición, gestión y publicación. Los pares evaluadores no reciben retribución económica alguna por su valiosa contribución. Se entiende el trabajo de todos los actores mencionados anteriormente como un aporte al fortalecimiento y crecimiento de la comunidad investigadora en el campo de la Enseñanza de las Ciencias.
A partir del 01 de diciembre de 2018 los contenidos de la revista se publican bajo los términos de la Licencia Creative Commons Atribución–No comercial–Compartir igual 4.0 Internacional (CC-BY-NC-SA 4.0), bajo la cual otros podrán distribuir, remezclar, retocar, y crear a partir de la obra de modo no comercial, siempre y cuando den crédito y licencien sus nuevas creaciones bajo las mismas condiciones.
Los titulares de los derechos de autor son los autores y la revista Góndola, Ens Aprend Cienc. Los titulares conservan todos los derechos sin restricciones, respetando los términos de la licencia en cuanto a la consulta, descarga y distribución del material.
Cuando la obra o alguno de sus elementos se halle en el dominio público según la ley vigente aplicable, esta situación no quedará afectada por la licencia.
Asimismo, incentivamos a los autores a depositar sus contribuciones en otros repositorios institucionales y temáticos, con la certeza de que la cultura y el conocimiento es un bien de todos y para todos.